Estaba cantado que "A cambio de nada", la ópera prima de Daniel Guzmán, se haría con las Biznagas más importantes del Festival de Málaga. En una Sección Oficial raquítica, destaca sobremanera la capacidad observadora y la elocuencia, la humanidad de una película sincera y vivida, que no llega a mayores alturas pero que lo que propone lo cumple de sobras. Quizás los premios (tres oficiales más uno: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Secundario para Antonio Bachiller y Premio de la Prensa) sirvan como estímulo para que Guzmán no tenga que pasar tantas penurias y obstáculos para levantar su próximo proyecto.

Como más que esperado era el premio para Natalia de Molina por "Techo y comida", que brinda una de esas interpretaciones que tanto impresionan a jurados y públicos, con el consabido sumatorio acento intenso + kilos de menos + personaje sufridor. Lo cierto es que el trabajo de De Molina es más que meritorio y quizás, junto a la interpretación de Jaime López, la gran razón para ver la película. Una cinta que, por cierto, era lógico que se llevara el galardón del público (¿por primera vez no otorgado a una comedia?): el asunto que aborda, el infierno del paro y los desahucios, es de los que traspasa la piel y llega adentro al espectador como ciudadano.

Ernesto Alterio, Mejor Actor, es, sin duda, lo mejor de "Sexo fácil, películas tristes", una cinta que parecía que iba a ser mucho más (¡la primera metacomedia romántica en español!) de lo que finalmente fue. Como ocurrió con "La deuda", un filme que no gustó demasiado en sus pases pero que sale de Málaga reforzado: con una Biznaga al Mejor Guión. ¿Demasiado reconocimiento para una película tan discreta y con las costuras al aire como la de Barney Elliott?

Aunque la película sea poca cosa tras su concepto y su pretensión, "Los exiliados románticos" fue una de las propuestas más interesantes de la Sección Oficial (el tuerto en el reino de...). El Premio Especial del Jurado para Jonás Trueba suena coherente con un certamen que siempre busca un hueco para un producto singular en su palmarés. El de Mejor Música, para el grupo Tulsa, depende de su tolerancia para ese emoindie acústico con letras lastimosas y poco defendibles.

Otra de las películas que más había sonado en el Festival, con tantos defensores como "enemigos", fue el debut como realizadora de Leticia Dolera, "Requisitos para ser una persona normal", que, al final, se ha alzado con tres galardones técnicos (Mejor Montaje, Mejor Fotografía y Mejor Guion Novel). Les sabrá a poco a quienes disfrutaron y a demasiado a quienes la detestaron. Yo, algo alérgico a las gominolas y los globos de colores, me sitúo en el segundo bando.

En el debe del palmarés, en mi opinión, algo más para "Los héroes del mal", de Zoe Berriatúa, que se lleva una mención especial para uno de sus actores, Emilio Palacios. La cinta producida por Álex de la Iglesia, aunque descompensadísima, atesora los mejores momentos del certamen.