Isabel Coixet ha contado con un reparto encabezado por Ben Kingsley y Patricia Clarkson para dirigir "Aprendiendo a conducir", que le ha supuesto "una oportunidad de hacer una película que al salir no te quieres cortar las venas" y que permite insuflar "una inyección de optimismo".

La directora barcelonesa presenta hoy este cuento que se desarrolla en Nueva York fuera de concurso en el decimoctavo Festival de Cine Español de Málaga, que le entrega además en esta jornada su Premio Retrospectiva.

Conoció hace siete años el proyecto, basado en la historia real de una escritora a la que, como a la protagonista interpretada por Patricia Clarkson, abandonó su marido por una alumna, "cosa que suele suceder", dice, y en ese momento decidió aprender a conducir.

A Coixet le tocó "mucho" la historia, porque la leyó cuando acababa de salir de la ruptura con el padre de su hija y, pese a que nunca había querido conducir, empezó a aprender en Los Angeles.

"Seguí adelante, pero todavía no sé aparcar", ha admitido la cineasta, que ha trabajado además con la montadora Thelma Schoonmaker, ganadora de dos Oscar, y que le dio un ritmo a la película "con el que adquirió un punto más de comedia".

Ese profesor de autoescuela pluriempleado como taxista en Nueva York es un refugiado político de la comunidad sij que llegó a EEUU tras ser torturada su familia en la India, y que es encarnado por Ben Kingsley.

"Quería retratar una comunidad normalmente poco comprendida, porque la gente ve un turbante y no ve más allá, no sabe si son los que cortan cabezas o si es un señor de otra religión", ha explicado Coixet, que ha añadido que "antes del 11S había muchos refugiados políticos sij, pero después todo se puso mucho más duro".

Pese a que es una película de encargo, ella no la considera así, porque "un cineasta hace algo de encargo cuando va a ganar mucho dinero, y no es el caso de ésta, que ha sido una labor desinteresada casi".

Se embarcó en el proyecto al descubrir una "historia en la intimidad de un coche" y ha incluido elementos que son habituales en su filmografía como "el poder de los libros o el romanticismo del amor no correspondido y no consumado", aunque en este caso "en clave menos dramática y más ligera".

De Patricia Clarkson ha dicho que es "una fuerza de la naturaleza, irónica y divertida", mientras que Ben Kingsley "puede hacer cualquier cosa".

Cuando se le pregunta si prefiere rodar en España o en el extranjero, Coixet asegura que a lo largo de su carrera se ha "sentido bien o mal en todas partes".

"En Tokio me he sentido muy bien y hubo un rodaje en Almería que fue un desastre. Lo bueno del cine es que no te piden el pasaporte y no hay que ir con lo de las banderas, los himnos o las fronteras", ha añadido.

Ya trabaja en un nuevo proyecto, titulado "La librería" y basado en una novela de Penélope Fitzgerald, que si todo sale según lo previsto será producido por Diagonal TV y A Contracorriente.

"Es la historia de una mujer que quiere poner una librería, y hay una actriz, Emily Mortimer, a la que le gusta mucho el personaje y es perfecta para el proyecto", ha avanzado Isabel Coixet.

Sobre el Premio Retrospectiva que recibe hoy, ha asegurado que le hizo "mucha ilusión" cuando se lo comunicó el Festival de Málaga, aunque pensó que ella todavía está "empezando".

"Es una oportunidad de ver a gente a la que no veo hace tiempo. Lo de la gran familia del cine, que parece una fórmula falsa, al final es verdad. Hay gente que te cruzas por el mundo y que te ayuda, te estimula, ves lo que hacen y te dan ganas de hacer cosas con ese aliento poético", ha afirmado Isabel Coixet, que pese a este premio se sigue considerando "una aprendiz todo el rato".