Las quinielas no fallaron tampoco este año: la personal propuesta de Daniel Guzmán, A cambio de nada, se convirtió en la gran triunfadora de la cita malagueña con el cine español. Incluso antes de que el madrileño mostrara su cinta -cargada de referencias biográficas- en el certamen, todos los comentarios ya lo situaban en el palmarés. Guzmán, en cuya película, según reconoce, se muestra mucho de su vida, contenía ayer las lagrimas de alegría no sin dificultad. «Tengo una carga emocional muy fuerte de estos años, de todo lo que he perdido y también de todo lo que he ganado, y no sé lo que me pasa pero no puedo explotar de alegría. Tengo que canalizar esto y tomar cierta distancia por la importancia que tiene».

El madrileño, que al llegar a la alfombra roja reconocía estar empezando a tomar conciencia de la dimensión de este triunfo, aseguró que no es «consciente» de lo que está pasando y reconoció sentirse «desbordado» ante tal recibimiento. Del mismo modo, admitió no saber «lo que esto significa» y que necesita «tiempo para encontrar respuestas», aunque espera que estos premios supongan «el inicio de un viaje largo» y un «empuje» para la película, que se estrena el próximo 8 de mayo. «Soy consciente de que la película tiene muchas imperfecciones, pero desde el guión tiene verdad. Tiene algo muy emocional, que precisamente es el sustento de la película, y tiene algo que le ha llegado a la gente», confesó Guzmán.