La pols, ópera prima del dramaturgo y director de teatro Llatzer García, cerró ayer ZonaZine. Modestísimo en su planteamiento pero grande en contenido, el filme está basada en la obra homónima del propio García.

«La obra se estrenó en una sala muy reducida de Barcelona, en un formato muy pequeño de no más de 45 localidades. Cuando Josep [Josep Pi, productor de La pols] nos fue a ver y luego nos dijo: Me gustaría mucho pasar esta historia al cine», recuerda Llatzer sobre la génesis de su película, recién salida del horno.

Tras la muerte del padre de Jacob (Guillem Motos) y Ruth (Laura López) se produce una fractura en la relación de estos dos hermanos, una mutación que les llevará a descubrir, además de cómo se relacionan realmente entre ellos, el cómo viven, sienten y enfrentan sus vínculos y sentimientos. La Pols nos habla de máscaras, de las convenciones sociales y sobre qué pasa cuando no nos ajustamos o no reaccionamos como los demás esperan: «Es un? ¿Si no encajas en el mundo, hasta donde estás dispuesto a llegar para encajar?», comentó ayer el protagonista del filme, Guillem Motos.

Nadie del equipo ha cobrado por su trabajo; todo se ha hecho en formato cooperativa. «Yo he puesto a nivel privado los gastos. Esperamos que cuando haya beneficios, y esperamos que haya muchos, a ver si recuperamos», comenta el productor, que asegura que prefirió que se realizara el filme sin haber buscado subvenciones públicas ni contratos con cadenas de televisión; la idea es, con el producto ya terminado, buscar ahora su destino, a través de diversos festivales.

Esperemos que La pols pueda ser vista por el público más inquieto y algún distribuidor con mucho ojo, porque la película realmente lo merece -y también su equipo, que ha aportado su capital humano-. Buen cine, hecho con poco dinero pero muchísima profesionalidad y seriedad, sin discursos impostados y, sobre todo, con mucha honestidad.