El Festival de Málaga empezó este viernes a cumplir 20 años y lo hizo de la mejor manera: reinventándose, iniciando una nueva etapa, la que le llevará a dedicarse al cine en español. Ése fue el leit motiv de la gala inaugural, celebrada anoche en el Teatro Cervantes y conducida por el malagueño Fran Perea y Manuela Vellés.

«Ésta no quiere ser una edición distinta del Festival de Málaga; quiere ser una edición ampliada. Era lógico que un festival maduro y firme como éste creciese y se hiciese más amplio», argumentaron los responsables del Festival en boca de Perea y Vellés, que remataron: «El Festival de Málaga deja de ser un festival de cine español para ser un festival de cine en español. Ésta es, desde ahora, nuestra singularidad. Se hace más universal, como lo es nuestra lengua común; se hace más grande, más plural, más sabrosa». De ahí que uno de los grandes protagonistas de esta vigésima edición sea el argentino Leonardo Sbaraglia, que recibirá hoy uno de los grandes honores del certamen, el Premio Málaga, que reconoce el empeño del intérprete por tender puentes entre el audiovisual español y el iberoamericano. «Unir lo de acá con lo de allá», resumió Perea.

Y ésa fue la filosofía detrás de las actuaciones que salpimentaron la velada en el Cervantes: los malagueños Alto Voltaje Crew, que hicieron girar muchas cabezas en el talent Tú sí que sí, remezclaron la sintonía del Festival de Málaga para un número de baile entre lo street y el tango electrónico; la cantante Roko releyó un bolero clásico cubano, Tú me acostumbraste, en formato intimista; la bailarina malagueña Luz Arcas, que danzó sobre un ritmo rural brasileño o Jorge Drexler, que citó al malagueño Vicente Espinel y cómo sus avances en la métrica, sus décimas, terminaron influyendo en las formas de versos de Latinoamérica. El uruguayo homenajeó a tres malagueños: estrenó un tema sobre El Guernica («No hay un rojo más intenso que los grises del Guernica», cantó) y se lo dedicó a su «amigo» Antonio Banderas (que puso voz a su «Al otro lado del río» en la gala de los Oscars 2005).

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La alfombra roja y la gala inaugural del Festival

Pero también hubo mucho de autohomenaje en la gala. «Gracias, Málaga», expresaron todos y cada uno de los homenajeados de esta edición (Sbaraglia, Fernando León de Aranoa, Sylvie Imbert, Fiorella Faltoyano y Claudia Llosa) en el vídeo dedicado a los protagonistas de los tributos de este año. Y, lo mejor, una de las fotos de la recién iniciada cita: subieron a las tablas del Cervantes cineastas e intérpretes que han jalonado la trayectoria del certamen, nombres aquilatados como Fernando Colomo, Carlos Saura, Yvonne Blake, Julio Medem, Pablo Berger, Santi Amodeo, Enrique López Lavigne, Paz Vega, Imanol Arias y promesas como Emilio Palacios, Miriam Giovanelli, Andrea Duro... «Queríamos volver aquí para felicitar al Festival, que cumple 20 años», dijo Arias, quien no dudó en afirmar que Málaga acoge «el festival en lengua castellana más importante del mundo». «Este oficio de locos no se entiende sin vosotros, el público, sin Málaga. Hoy nos unimos todos, los más veteranos y los recién llegados, para desearle al Festival un futuro maravilloso y agradecer al público vuestro apoyo y cariño», fueron las palabras de Vega. Y Fran Perea inmortalizó a todos con un selfie, similar a aquel histórico de los Oscar.

Por cierto, en la alfombra roja, minutos antes, se tomó otra de las fotos más significativas de este festival recién comenzado, la conjunta del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo; la consejera de Cultura de la Junta, Rosa Aguilar, y los responsables municipales; una instantánea que es ejemplo de cómo esta nueva etapa del certamen también lo es en el sentido de la sintonía política, institucional.