El candidato, un largometraje del uruguayo Daniel Hendler que ha sido presentado en la sección oficial a concurso del Festival de Cine en Español de Málaga, es una comedia trágica que habla sobre lo vacíos que son los nuevos discursos políticos.

«En muchos países está muy aceptada la idea de que las contiendas políticas definen quién es el mejor o quién destruye al oponente, las ideas quedan solapadas detrás de esa meritocracia que llega a la política y estamos olvidando las ideas que están defendiendo», afirmó Hendler.

Admite el realizador que originalmente manejó varios personajes reales como «referentes» de la historia, pero prefiere no dar nombres «porque sería injusto para el personaje que se ha creado en la película»: «Sobrevuela referencias concretas de políticos que generalmente son bastante impresentables y que no ameritan que la cámara se preste en ellos».Líder carismático

El protagonista de El candidato es Martín Marchard, un líder carismático, brillante y comprometido, imagen con la que quiere lanzarse a la contienda política, para lo que reúne en su casa de campo a un equipo de asesores y creativos que deberán diseñar su perfil público, aunque algunos de ellos han llegado allí para dinamitar sus fantasías.

El realizador se pone detrás de la cámara por segunda vez tras Norberto apenas tarde para dirigir lo que ha calificado como «una comedia que en el fondo esconde algo más bien trágico»: «En este caso el orden de los factores sí altera el producto, porque es una comedia que en el fondo esconde algo trágico y no al revés». «No es que nos estemos riendo de cosas horribles, más bien es que las cosas que nos divierten en el fondo nos están preocupando», argumentó el director, que considera que El candidato es «una película entre géneros». Y entre contextos: nunca queda del todo claro el contexto político-temporal en el que se mueven los personajes, y ni siquiera si la trama se desarrolla en Argentina o Uruguay. Todo con la intención de que el relato y los personajes que lo protagonizan sean universales y fácilmente asequibles para el espectador.

Ese candidato es interpretado por Diego de Paula, quien vio en su personaje a alguien «con una profunda incomodidad, que está incómodo en su cuerpo», y se reúne con un grupo de asesores políticos «para que le digan cómo tiene que ser, porque en realidad está buscando su lugar en el mundo». «El personaje oscila entre una necesidad de reafirmarse, una profunda debilidad y un gran ego, y tiene una voz interna todo el tiempo que es la voz de su padre», según el actor.