Con el viento, de Meritxell Colell, abrió ayer Zonazine, la competición de largometrajes alternativa del Festival, tratando de transmitir un sentimiento rural y casero que emocione al público mezclando realidad y ficción.

La idea de la película surgió de experiencias personales de la directora, quien dedica este proyecto especialmente a sus abuelos y lo refleja esencialmente en Pilar (Concha Canal), una de las actrices principales.

La intención de la directora es aportar autenticidad y profundidad, por ello traslada a Mónica (Mónica García, protagonista) desde un ambiente urbano como la ciudad de Buenos Aires a su pueblo natal, en Burgos, en el que se reencuentra con la familia, la vida rural y las viejas costumbres.

Con el viento cuenta con una planificación visual muy trabajada, aunque la realización más exhaustiva se ha trasladado al sonido, cuya edición ha ocupado tiempo y esfuerzo para captar la mayor naturalidad posible.

En esta historia se aprecia la belleza de los detalles en la naturaleza, no solo ambiental sino personal. Mónica busca refugio en la danza, Pilar se centra en el cariño de sus hijas y su nieta con gestos sencillos y juegos como la brisca.

Con el viento no busca transitar los caminos comerciales, ni mucho menos, sino elaborar una apelación a las emociones que normalmente no se aprecian en la vida urbana.