De Carmen Maura en La Comunidad a Oprah Winfrey en Un pliegue en el tiempo. La trayectoria del diseñador de vestuario Paco Delgado ha traspasado las fronteras españolas para llevarlo a Hollywood, donde su talento sigue brillando con fuerza. Sus dos candidaturas a los Oscar, por Los miserables y La chica danesa, además de sus Goyas por Blancanieves y Las Brujas de Zugarramurdi certifican la calidad de un profesional muy consciente de la importancia que tiene la vestimenta tanto en el cine como en la vida diaria. La directora Chus Gutiérrez fue la encargada de presentar la gala en la que ayer se le hizo entrega del Premio Ricardo Franco, galardón del Festival de Málaga que se concede junto a la Academia de Cine. Natalia Verbeke, Sylvie Imbert, Sonia Isla y Pilar Castro y Jorge Calvo, que le cantó una canción, y Marisa Paredes, que le hizo entrega de la Biznaga, acompañaron al canario en el escenario del Cervantes.

¿Qué opina de este reconociento a las profesiones que hacen posible el cine?

Me parece fundamental. Pero no por nosotros, sino también para los espectadores. Porque creo que hay una tendencia general a que el público piense que las cosas pasan porque sí. Cuando comenzaba en esta profesión, a veces tenía que explicarle a la gente qué es lo que hacía. Y explicarle a mi madre que los actores no se traen la ropa de casa, que la tenía que buscar o confeccionar yo. Aunque eso es una de las cosas maravillosas del cine: que parece que todo es casual. Creo que una de las cosas maravillosas de este festival es hacer que se visualice el trabajo de gente como nosotros, ya sea el mío como el de los operadores, decoradores, iluminadores, agentes de casting... Que se vea y se reconozca el trabajo que hay detrás.

¿Recuerda a la primera persona que vistió para una película?

La primera película que firmé fue La Comunidad, de Álex de la Iglesia, con Carmen Maura, Terele Pávez, Emilio Gutiérrez Caba... Ellos serían las primeras personas a las que vestí en el cine. Aunque antes había trabajado como ayudante.

¿Es más fácil una película en la que el vestuario es contemporáneo o en la que requiere de fantasía e invención?

Todo tiene su complicación. El vestuario realista, de hoy en día, lo encuentro complicadísimo.

¿Aunque tenga todos los referentes posibles delante?

Quizá por eso. Porque los referentes están para ti y también para todos los demás. Es un lenguaje mucho más sutil. Si miras a tu alrededor, el ochenta por ciento de la gente lleva vaqueros. Y el setenta por ciento, camisetas. Es todo mucho más sutil porque es mucho más restringido. Después, nuestra paleta de colores que usamos hoy es mucho menor que si haces un vestuario del siglo XVII o XVIII. Cuando haces una película de época juegas mucho con el color y la forma. Cuando trabajas sobre lo contemporáneo lo haces de una manera mucho más sociológica y psicológica. Lo encuentro muy, muy complicado. Y luego todo el mundo tiene una opinión sobre lo actual porque vivimos en este momento.

¿Es capaz de advertir la personalidad de alguien por su forma de vestir?

Adivinar su personalidad, no. Pero la ropa es un lenguaje. De hecho, nos vestimos por las mañanas por muchas razones. No sólo porque hace calor o frío. Nos vestimos porque queremos proyectar una imagen al mundo. O queremos ocultar quienes somos. Soy muy observador y me gusta observar mucho a la gente. Observar a la gente por la calle y ver tanto qué ropa usa y cómo se la pone es algo que me apasiona. Dos personas no se ponen una chaqueta de la misma forma y eso va dando códigos de cómo eres: si eres relajado o estricto..., incluso tu afiliación política se puede ver a través de la ropa. Hay una codificación muy clara. Por la ropa que llevas se puede ver incluso de qué barrio de Madrid eres. Y aunque la gente eso no lo vea, lo percibe. Después de las funciones vitales que tenemos que hacer con nuestro organismo, que son respirar, comer e ir al baño, lo siguiente que todo el mundo hace todos los días es vestirse. Todo lo demás es superfluo. Y si no somos consciente de la importancia increíble que tiene la vestimenta es porque no estamos bien de la cabeza.

Asegura que habla mucho con los actores que tiene que vestir para descifrar los códigos de los personajes. Pero después hay una parte de su trabajo que le obliga al contacto físico. ¿Se ha encontrado con muchas sorpresas en este aspecto?

Trabajo con seres humanos. Y los seres humanos somos muy complejos. Hablo con los actores porque además de buscar el tono de los personajes estoy trabajando con una persona. Puedes pintar de rojo a una silla y no pasa nada. En cambio a una persona la pones de rojo y el impacto es mucho más grande. Después están las fobias de cada uno respecto a la ropa. Hay quien no se pone ciertas cosas o adora otra. Y luego está el cuerpo de cada uno. Todos tenemos o creemos que tenemos defectos que queremos ocultar y al contrario: queremos mostrar otras parte que creemos que son maravillosas. Y claro que te encuentras con muchas cosas. Después está la parte psicológica. Siempre digo que el ochenta por ciento de mi trabajo es convencer al actor o al director de que lo que estoy haciendo va a ayudar al personaje.

Mucha gente le odia porque ha podido tomarle medidas a Hugh Jackman...

Cuando vistes a la gente tienes un trato profesional con ellos. Ahora acabo de hacer una película con Oprah Winfrey y la gente se sorprende. Pues bueno, es una colega de trabajo. Y ya está.

¿Cuáles son las grandes diferencias entre trabajar en España y hacerlo en Hollywood?

Creo que el cine es un lenguaje bastante universal. Es un arte reciente que solo tiene cien años. Y no creo que haya pasado el tiempo suficiente como para que un país y otro evolucionen de forma tan diferente. Las diferencias entre el cine de España y Hollywood son económicas, de presupuesto. Allí, al contar con presupuestos mucho más grandes hay una presión mucho más elevada de los estudios que tienen que rentabilizar esa inversión, que en ocasiones superan los 200 millones de dólares. Luego, en el fondo, veo que tanto allí como aquí la gente trabaja igual. Igual de bien o igual de mal.

¿Sus proyectos futuros siguen estando fuera de España?

En estos momentos sí. Ahora estoy haciendo una nueva película con Disney que se titula Jungle Cruise y que vamos a rodar entre Hawai y Atlanta. Y luego posiblemente haga una serie que tiene proyectada M. Night Shyamalan para finales de año.