De un tiempo a esta parte, parecen importar mucho más las colaboraciones periodísticas de David Trueba (a veces, textos interesantes, en su militancia de lo cabal y el sentido común) que sus nuevas películas; me imagino que las instituciones le llaman más para ofrecerle conferencias en las que manifiesta su parecer como observador y relator del mundo que para sufragarle sus proyectos cinematográficos. Y es una pena porque sus largometrajes más conversacionales e informales, más pequeños e idiosincráticos, son obras bastante más apetecibles que sus cintas más industriales y convencionales (pienso en 'Vivir es fácil con los ojos cerrados' o en la lejana 'Bienvenido a casa': cine, en mi opinión, pedestre y de escaso recorrido).

De la misma manera que 'Madrid, 1987' fue una interesante pieza camerística (dos actores, único escenario, rodaje de trece días), 'Casi 40' atrapa suavemente al espectador por ese tono natural, de slice of life, caro de ver en mucho cine español. Cierto es que la película sigue arrastrando algunos de los problemas de ese "mucho cine español"; a saber: los diálogos, en ocasiones, resultan frases leídas y expulsadas al aire, cosas demasiado escritas y acartonadas, por mucha convicción que puedan echarle los actores.

Pero son pecados veniales, disculpables cuando uno asiste al discurrir de las cosas en 'Casi 40' y comprueba que la película sabe cuándo hablar y cuándo callarse, cuando se detiene en momentos anodinos pero reveladores, cuando elude cualquier artificio y clímax (no hay gratificaciones, ni desahogo, ni tampoco liberación) para preferir dejar los conflictos en un off que está en on en los ojos de los personajes (especialmente en los de Fernando Ramallo: qué injusto ha sido el cine con este hombre).

Hay una evidente tensión subterránea en el reencuentro entre él y ella, que Trueba modela con paciencia, sin prisa y, sobre todo, con la complicidad de un espectador que sabe mirar a unos personajes que no siempre dicen lo que piensan (comparo este tono con el exagerado y juvenil a la postre de 'Las distancias' y me apena tanto que la discreción siga teniendo mucha peor prensa que el tremendismo). Resumiendo: que vería 'Casi 60'.