La morosidad es uno de los problemas más grandes de nuestra economía, lo es para los bancos que estiman que cerrará el año muy por encima del 11%, después de que en septiembre alcanzara la cuota del 10,7% 182.200 millones de euros, pero lo es más para el ciudadano, no pagar un préstamo inicia toda una espiral de reclamaciones, comisiones, intereses de demora y si se alarga reclamaciones judiciales que en el caso más extremo puede llevar al desahucio de la familia con los efectos tan graves como estamos viendo, y con una nueva legislación que se antoja como poco insuficiente para evitar el drama de las ejecuciones judiciales.

¿Cómo evitarlo?

La mejor forma y más económica es buscar la solución desde el principio, cuando vemos que existe un problema de pago. Igual que los Bancos intentan ser los más estrictos posible para controlar esta morosidad que se desboca, lo intentan serlo desde un principio. Con muchos pisos en su poder, en teoría deberían preferir buscar cualquier una solución antes que añadir otro impago, por todo ello, debemos aprovechar este interés.

¿Qué opciones tengo?

Una moratoria parcial es bastante improbable, pero podemos intentar pagar menos durante algún tiempo o durante toda la vida del préstamo, usar un plazo de carencia, ampliar el plazo de la hipoteca o reunificar deudas, son opciones pero que tienen pros y contras que debemos considerar, aunque la última palabra la tiene el banco, al cual debemos presentar este cambio como una la opción que nos permitirá seguir pagando mes a mes sin problemas. Ir antes de que se acumulen impagos o reclamaciones es de gran ayuda.

- Usar el Plazo de Carencia: Muchas hipotecas tienen un plazo de carencia que podemos usar, un tiempo en el que sólo pagamos intereses y no capital por lo que la cuota se reduce. ¿Lo suficiente? Depende del plazo de la hipoteca, el interés y su cuantía, pero como regla general si la hipoteca es reciente al ahorro es pequeño y si le queda poco tiempo es mucho mayor. También es interesante el momento actual para aquellas hipotecas que no tengan suelo, ya que los bajos intereses (el Euribor cerró en noviembre al 0,588%) hacen que las cuotas de carencia sean aun menores. El punto en contra es que el plazo de carencia no es ilimitado, durará unos meses o unos pocos años, y finalmente volveremos a pagar una mayor cuota si mantenemos la duración del préstamo, por la parte de capital que no hemos ido pagando. No tiene ningún coste, o es pequeño (alguna comisión por la apertura de la operación) pero nunca dejemos de pensar que es una solución temporal.

- Ampliar el plazo: Si queremos otra solución para siempre podemos aumentar la duración de nuestra hipoteca. A más años, pagaremos menos mensualmente, eso si al final el coste será mayor pero solucionamos nuestro problema actual, superar el día a día. Pero tengamos cuenta por un lado los gastos, ya que esta opción que era gratis hasta abril de 2010, tiene gastos de notaría y registro, e incluso en algunos casos incluso comisión bancaria por cambio de condiciones que debemos negociar para intentar suprimir, por ello debemos poner bien claro los beneficios y es que al igual que sucede con el periodo de carencia si queda aún un largo plazo no podemos aumentarlo mucho y la disminución de la cuota es muy pequeña.

- Reunificar deudas: Puede que el problema no sólo recaiga en la hipoteca, si no que tengamos muchas más deudas por préstamos personales o tarjetas que nos ahoguen, en este caso podemos plantearnos reunificar todas las deudas en nuestra hipoteca, ya sea en nuestro banco, la opción más económica, o en otra entidad y en su búsqueda podemos apoyarnos en una entidad reunificadora que nos cobrará una comisión si sus gestiones llegan a buen puerto. Igualmente tengamos en cuenta varios puntos, menos plazo o cantidad pendiente facilitan bajar la cuota, puede que nos ofrezcan una liquidez adicional, aceptémosla si la necesitamos, si no acabaremos teniendo más deuda y finalmente ya que cambiamos las condiciones de la hipoteca busquemos adecuarla al plazo o las condiciones más favorables.

Con coste o sin coste, si tenemos algún problema debemos afrontarlo lo antes posible, planteemos con el director de nuestra oficina bancaria todas las opciones y busquemos aquella más rentable para nosotros y que de seguridad al Banco, que es el que tiene la última palabra.

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