Está claro que nadie da 'duros a cuatro pesetas' y que en los tiempos que corren el tener una cuenta corriente abierta es algo que nos cuesta dinero año tras año. Ahora bien, si a tu entidad le das contraprestaciones, lo mínimo que debes de exigir es que ella te las devuelva en servicios gratuitos o en un coste más reducido.

Abrir una cuenta por abrirla, sin darle movimiento, en estos tiempos es una pérdida de dinero. Las entidades buscan vinculación, por eso se lanzan a comercializar paquetes de servicios en vez de un producto solo.

Supongamos que lo que domicilias son tus ingresos mensuales, ya sean nómina, pensión, prestación de desempleo o de cualquier otro tipo. Eso implica que en la cuenta siempre tendrás un saldo ocioso para cualquier situación, con el cual la entidad está ganando dinero. Lo menos que te debe de hacer es no cobrar comisiones anuales de mantenimiento de la cuenta ya que se deberán de compensar con lo que ganan. Salvo entidades puntuales, todas las que en su cuenta tienen los ingresos domiciliados no cobran por mantenimiento y administración.

Os preguntaréis algunos por ese empeño de las entidades financieras en que domicilies recibos en sus cuentas. Tiene una explicación. Las entidades que los emiten centralizan los pagos un determinado día. Con un ejemplo se verá más claro.

Si mi proveedor de telefonía me carga en la cuenta el día 20 de cada mes el recibo, a mí me lo retiran ese mismo día, pero ese importe se deberá de ingresar en la cuenta de la operadora por ejemplo el día 30. ¿Os imagináis la cantidad de recibos que tienen las entidades y que durante 10 días, como es este ejemplo, tiene el dinero para invertirlo y sacarle partido? Un particular no ganaría nada, pero una entidad, con todos los recibos a nivel nacional y lo que suman sí que le gana dinero a ese plazo.

En estos casos la entidad financiera puede que premie la domiciliación de recibos con la devolución al cliente de un porcentaje de los que le cargan en su cuenta. El Sabadell con la Cuenta Expansión o iBanesto con su Cuenta Nómina Azul son ejemplos de esto. No todas las entidades lo dan, pero deberían.

Otro de los productos que usamos y del que sacan beneficio nuestros bancos son las tarjetas, de débito o de crédito. Cada vez que las empleamos para realizar pagos, un porcentaje de los mismos es la comisión que el banco gana y que se le cobra al comerciante. Cuanto mayor es el uso, más beneficio para la entidad. Lo suyo sería que la entidad no cobrase comisión por la emisión de las tarjetas y, si las usamos durante el año, que la comisión de renovación tampoco se cobre.

Muchas entidades ya lo hacen ofreciendo las tarjetas de débito gratuitas siempre y las de crédito en ocasiones. La cuenta del Sabadell que comentamos antes, la Cuenta Nómina de Openbank o la Cuenta Nómina Naranja de ING Direct, son ejemplos de cuentas que te ofrecen las tarjetas siempre libres de comisiones.

Parece lógico que la de débito sea gratis y la de crédito si se usa también (no hablamos de los intereses de los fraccionamientos de los pagos sino de las comisiones de renovación). Que cobren por estas tarjetas teniendo cuenta abierta, con ingresos domiciliados, recibos y saldos a la vista, no se puede consentir en estos tiempos. Si la entidad gana el cliente debe de ganar también.

Por último, algunos servicios que ofrecen gratuitos las entidades financieras, curiosamente no son habituales en el uso Es curioso que todas las entidades ofrecen estos servicios gratuitos ya que son actividades minoritarias de los clientes particulares.

Lo que está claro es que la crisis financiera ha hecho que los clientes particulares adquieran cultura financiera que les permita exigir contraprestaciones a su entidad que antes desconocía que existían. No hay mal que por bien no venga.

Jose Luis del Campo, iAhorro