Los españoles han realizado más de 40 millones de desplazamientos durante el primer trimestre del 2016, de los cuáles 3.416.112 decidieron traspasar las fronteras de la península, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Tan sólo en marzo, los desplazamientos que se produjeron al extranjero fueron de 1.398.768, dato que se incrementará con la llegada de las vacaciones estivales.

Una de las dudas más recurrentes que tienen los viajeros que deciden poner rumbo fuera de España hace referencia al dinero que hay que llevar y cómo llevarlo. Viajar con efectivo en la cartera puede salvarnos de cualquier situación embarazosa e imprevista pero se corre el riesgo de extraviar o que nos lo roben. Entonces, ¿por qué opción me decanto?

¿Efectivo o tarjeta?

Como ya hemos mencionado, llevar dinero en efectivo es muy útil para evitar cualquier imprevisto o, simplemente, para pagar pequeñas compras que realicemos durante nuestro viaje. El gran hándicap que tiene llevar únicamente dinero en el bolsillo es su pérdida o, lo que es incluso peor, que nos lo roben. Esta desagradable situación implica vernos con una mano delante y en otra detrás en un país extranjero y con pocos medios para conseguir ‘cash’ si no contamos con una tarjeta de crédito.

Ir acompañados de nuestra tarjeta de crédito puede solventar situaciones embarazosas, además de ser la mejor opción para pagar compras de gran valor. De hecho, desde la Organización de Consumidores (OCU) aconsejan el uso de tarjetas cuando se viaja al extranjero, ya que resulta mucho más cómodo y seguro para los usuarios, limitando el riesgo al no llevar grandes cantidades de dinero.

Por el contrario, este método de pago presenta una serie de desventajas asociadas a las diferentes comisiones que puede acarrearnos su uso. Estas tasas se pueden limitar o eliminar al elegir tarjetas de crédito que no cobren comisiones por su uso en el extranjero. Si bien, hay que distinguir entre las comisiones por pago con tarjeta y las comisiones por disponer de dinero en efectivo en un cajero de un país extranjero.

¿Qué comisiones me pueden cobrar?

Al margen de las comisiones por emisión o mantenimiento, las entidades pueden cobrarnos tasas por realizar pagos con la tarjeta. Estas retribuciones suelen estar en torno al 2,5% sobre la cantidad gastada. Algunos bancos fijan un importe mínimo que suele rondar los 2,2 euros de media.

Los impuestos más grandes que nos pueden cobrar provienen al disponer de efectivo en los cajeros de un país extranjero. La primera de ellas la aplica nuestro banco y es por el simple hecho de sacar dinero. Estas comisiones varían en función del país en el que nos encontremos, siendo más baratas en la Zona Euro, y pueden evitarse contratando tarjetas de crédito que permitan disponer de efectivo totalmente gratis.

La segunda comisión que hay que tener en cuenta es la del cambio de divisa y que se calcula aplicando un tanto por ciento a la cantidad de dinero dispuesta en el cajero. En los grandes bancos españoles, la media suele ser de 2,5% de la cantidad dispuesta, sujeto a un mínimo de 2,2 euros. Al igual que la anterior, esta también puede evitarse al elegir la tarjeta correcta.

Por último, la entidad a la que pertenece el cajero puede cargarnos la tasa de recargo o “surcharge free”, comisión a la que deben prestar especial atención los propietarios de tarjetas cuyo banco les permite sacar dinero de cajeros de forma gratuita en cualquier cajero del mundo.

Cuando viajemos al extranjero debemos ser previsores y contar con diferentes medios de pago, ya que el dinero efectivo es mucho más cómodo para pequeños importes dadas las comisiones por pago con tarjeta, mientras que la utilización de una tarjeta de crédito para pagar puede sacarnos de imprevistos, además de ser más útil y seguro para realizar compras de gran importe.