La hucha de las pensiones se agota. En 2017 seguramente ya no se podrá utilizar, para momentos, como el de este diciembre, en el que se acumula el abono mensual con el de la paga extraordinaria de Navidad. Si juntamos este hecho con el que el futuro de las pensiones está entre las mayores preocupaciones de los españoles, genera un claro desasosiego a todos, en parte justificado, pero en una mayor proporción, no.

Lo primero es entender, cómo funciona y se nutre nuestro sistema de pensiones. Todas las prestaciones de la Seguridad Social, incluidas las bajas por enfermedad o las pensiones por viudedad, entre otras, se pagan de las cotizaciones sociales. Estas, las aportamos los trabajadores y en el caso de ser asalariados, en una mayor parte por las empresas. Si el número y las aportaciones de los cotizantes es superior a los pagos, como ocurrió durante muchos años antes del 2007, se consigue un superávit que ha ido a la conocida hucha de las pensiones. Si como está ocurriendo en los últimos ocho años es insuficiente, se tiene que utilizar esta hucha como está ocurriendo ahora.

El problema que se plantea es el que ya se ve en el horizonte, cuando se agote la hucha ¿Significa esto que se dejará de pagar las pensiones? Rotundamente, no.

Soluciones y alternativas

Aunque está claro que si se sube el número de cotizantes se llegaría al equilibrio, esto no lo veremos en los próximos años e incluso, con niveles de desempleo como lo tuvimos antes de la crisis tampoco se garantiza el equilibrio. Las razones son muy claras, cada vez las pensiones son mayores, a pesar de las reformas, porque simplemente se ha cotizado más.

Se podrá equilibrar algo este impacto disminuyendo porcentajes de cobro frente a lo cotizado o exigiendo más años de cotización, pero las cotizaciones son más altas y llevará a que la pensión media siga subiendo. La segunda razón, unida a esta es que vivimos más, con lo que los pagos se alargan en el tiempo. Si a este coctel explosivo le añadimos la estructura de nuestra pirámide poblacional, con menos jóvenes y más mayores, el desequilibrio es claro. La conclusión, el sistema de cotización actual puede que no sea suficiente.

Alternativas

¿Cuál es la alternativa? El PSOE ya planteó antes de las elecciones que no sólo se financien con las cotizaciones sociales, también vía impuestos. Esta solución novedosa en España ya se utiliza en otros países de Europa y puede ser la que nos encaminemos en el futuro.

Otra de las opciones está en buscar otras vías de financiación como la emisión de Deuda Pública. Las garantías son claras, las más altas, las del Estado. También favorece el entorno actual de tipos de interés muy bajos y que es una solución fácil que se puede implementar en cualquier momento. De hecho, la ministra de Empleo ya ha propuesto que el déficit del próximo año se cubra a través de los Presupuestos Generales del Estado.

Estas soluciones y otras alternativas que pueden servir asegurarán la solvencia del sistema y rebajar el nivel de alarma. Las pensiones seguirán, pero eso sí, seguramente veremos otras modificaciones.

Una nueva vuelta de tuerca al sistema

Las cotizaciones sociales seguirán siendo la fuente principal de financiación de las pensiones. Subir las mismas, es complicado en este momento. Si es una prioridad crear empleo, subir cotizaciones sería contraproducente, por lo que es una medida descartada, al menos en el corto plazo.

Lo que si podemos ver es como se endurece las condiciones para acceder a la pensión y los porcentajes que determinan su cuantía con el objetivo de que las pensiones sean algo menores y con ello disminuir el impacto en el sistema. Ahora mismo estamos en pleno proceso de endurecimiento de estas condiciones, que acabará en el 2023. No es descartable que terminado este proceso comencemos otro.

La actual situación de las pensiones se une con la política, sin mayorías parlamentarias. Lo lógico es que en el 2017 que vamos a empezar en poco más de un mes se vuelva a convocar al Pacto de Toledo para consensuar las medidas que recortando gastos e incrementando ingresos sigan garantizando la viabilidad de nuestro sistema de pensiones.