Pagamos más, pero compramos menos. Los hogares españoles gastaron 67.108 millones de euros durante el año móvil de diciembre de 2015 a noviembre de 2016, el 0,3 % más. Sin embargo, la cesta de la compra se llenó con menos alimentos. El aumento del precio medio de los alimentos pagados en un 0,8 % (2,30 euros) incidió en que se compraran un 0,5 % menos de producto (29.126,7 millones de kilos).

Son varios los factores que han alterado los precios de los alimentos y han subido el gasto de la factura a final de mes. Los efectos naturales, aquellos que el hombre no puede controlar, han jugado un papel importante. Las heladas sufridas durante los últimos meses del año afectaron en las recolectas de verduras y frutas. Un ejemplo. El kilo de calabacín, que se vendía a 1,5 euros, subió hasta los 5 euros. El encarecimiento de los precios de los carburantes ha sido otro de los actores protagonistas. No solo han afectado a quienes disponen de medios de transporte propio, también han elevando los costes de transporte de los alimentos y, por ende, su precio final.

La luz también tocó techo. El pasado 18 de enero alcanzó su precio máximo: 92 euros por megavatio a las ocho de la tarde. Es decir, hora punta en cualquier hogar español. Además, coincidió con una época en la que las bajas temperaturas coparon las primeras planas informativas y las calefacciones echaban humo. Todos estos factores han propiciado que el IPC se haya disparado en enero hasta el 3 %. En diciembre fue del 1,6 %.

¿Qué es el IPC?

El Índice de Precios al Consumo (IPC) entra dentro del Instituto Nacional de Estadistica (INE) y se encarga de mostrar la evolución del conjunto de precios de los bienes y servicios que consume la población en viviendas familiares en España. En la actualidad, se trabaja con cerca de 220.000 precios y 479 artículos. Estos artículos van variando según la época en la que nos situemos y los gustos de los consumidores. Por ejemplo, se han retirado de esta cesta de la compra ficticia los alquileres de DVDs y se ha introducido las subscripciones a plataformas de streaming que ofertan series y películas por internet.

Sin embargo, los factores anteriormente mencionados no han sido los únicos que han afectado a esta subida del porcentaje. Hay que tener en cuenta que diciembre es el mes de la navidad, una época en la que los excesos están a la orden del día. Además, no nos privamos de nada. Hay una tendencia creciente que muestra que acudimos con mayor regularidad al cine, comemos en repetidas ocasiones fuera de casa o realizamos alguna que otra compra de textiles. El tabaco y el alcohol han subido de precio, pero se mantienen los mismos niveles de venta.

Por lo tanto, estos datos del IPC en enero no parecen que vayan a variar en los próximos meses. Los efectos de las malas cosechas y el consecuente elevado precio de las verduras y frutas o la factura de luz no sufrirán ningún cambio abrupto y se harán sentir en la factura final de los hogares.