La nómina es un documento obligatorio que expide la empresa a los trabajadores como consecuencia de la relación laboral existente entre empresario y empleado. Los trabajadores reciben una vez al mes un recibo salarial o nómina para documentar el salario y su pago.

Los trabajadores deben firmar la nómina, ya que funciona como justificante de pago de los salarios, siempre que sea abonado en moneda, cheque o talón. En caso de transferencia bancaria, la firma del trabajador se entiende sustituida por el comprobante de abono expedido por la entidad bancaria.

El trabajador debe conocer e interpretar todos los conceptos de una nómina para saber si la retribución es la acordada o las retenciones son las adecuadas. Algunos de los conocimientos básicos que se necesitan son:

Salario base

El salario base es la retribución fijada por unidad de tiempo o de obra. Se trata del mínimo que un trabajador va a ganar por realizar su trabajo en un determinado tiempo. El salario neto no incluye los complementos salariales como pueden ser el de antigüedad o pluses como por ejemplo el de rotación de turnos o el de peligrosidad.

Salario bruto

El salario bruto son las cantidades acordadas en el contrato de trabajo, así como las recogidas en convenio colectivo. En otras palabras la suma del salario base más los complemento e incentivos darán lugar al salario bruto.

Salario neto

El salario neto será el libre de impuestos, una vez descontados del salario bruto las correspondientes deducciones por las cotizaciones a la Seguridad Social y las retenciones a cargo de IRPF. Por tanto, el salario neto es la cantidad de dinero que el empresario abona al empleado mediante cheque o talón, efectivo o transferencia bancaria por el trabajo realizado en la empresa.

Reducciones de IRPF

Las retribuciones al trabajo por cuenta ajena se hallan sujetas al IRPF, debiendo el empresario practicar sobre los rendimientos, de forma periódica, una retención a cuenta del IRPF de sus trabajadores e ingresar su importe en la Agencia Tributaria.

El importe de la retención viene determinado por varios factores como la cuantía o las características personales y familiares del trabajador. La Agencia Tributaria hace unas recomendaciones de retención basadas en los ingresos totales pero es la empresa la que debe aplicarlos de acuerdo con el trabajador. El perceptor de la nómina facilita a la empresa datos relevantes cada año a través del modelo 145 para contar con todas las variables que influirán en dicha retención.

Se contemplan limitaciones como el hecho de que los contratos inferiores a un año deben tener una retención mínima de IRPF del 2%. En todo caso, el empresario tiene la obligación de expedir a favor del trabajador una certificación acreditativa de la retención practicada.

Reducciones de Seguridad Social

Las cotizaciones a la seguridad social son las cantidades a ingresar al Ministerio de Empleo y Seguridad Social para sufragar gastos sanitarios o de desempleo entre otros muchos. La obligación de cotizar nace desde el comienzo de la prestación del trabajo y no se interrumpe mientras dure la relación laboral entre empresario y trabajador.

La cuantía total de las cotizaciones a la Seguridad Social están compuestas por dos partes: la correspondiente al empleador y la parte correspondiente al trabajador.

La primera no aparece en la nómina pero es un coste que la empresa tiene que asumir por cada uno de sus trabajadores, las aportaciones correspondientes al empleador son mayores que las del trabajador. Se paga a través de unos recibos llamados TC2.

Las aportaciones correspondientes al trabajador sí figuran en las nóminas, el porcentaje de deducción debe ir indicado en la nómina y depende de la legislación de cada momento. Esta cuota a pagar incluye diferentes conceptos y los más habituales son por contingencias comunes, por desempleo, por formación o por horas extra en el caso que se hayan hecho. El porcentaje de esta deducción suele ir indicado en la propia nómina, y depende de la legislación de cada momento.

Salario y renta

La retribución de la nómina tributa en el IRPF. Según la Ley de IRPF, todos los rendimientos que deriven de una relación laboral tiene la consideración de rendimientos del trabajo. Por tanto, los sueldos de los trabajadores cumplen con los requisitos establecidos.

Los rendimientos de trabajo deben computarse por el importe íntegro o bruto. Este importe es el salario bruto anual, sin descontar las cantidades que hayan sido deducidas por el pagador o empresario como es el caso del IRPF o Seguridad Social, como norma general anteriormente mencionados.

¿Puedo pedir que me cambien el IRPF de mi nómina?

Cerca de finales de año y, por tanto, fin del periodo que comprende la campaña de la renta, son muchos los empleados que solicitan a las empresas que su porcentaje de retención sea aumentado. Muchos asalariados prefieren pagar mes a mes y que su sueldo sea inferior a tener que pagar todo junto en la declaración de IRPF.

Según el reglamento del IRPF, los trabajadores podrán solicitar en cualquier momento una ampliación del tipo de retención. El proceso debe ser por escrito con cinco días de antelación a la confección de las correspondientes nóminas. Por lo tanto, el cambio de retención es un paso sencillo, simplemente se debe hacer una solicitud por parte del trabajador al departamento de recursos humanos de su empresa.