Los dos músicos, que adquirieron el edificio de 49 habitaciones en 1992, consiguieron hoy autorización gubernamental para poner en marcha las obras, a cargo de Foster, premio Pritzker de Arquitectura en 1999, considerado el Nobel de la Arquitectura.

El diseño de Foster, que costará unos 150 millones de euros, conlleva el derribo de parte del edificio original, de 1852, y sitúa una enorme cúpula de cristal en el tejado.

Además de Bono y The Edge, el hotel, situado a orillas del río Liffey, está participado por otros dos socios, ambos promotores inmobiliarios.

Todos mostraron hoy en un comunicado su satisfacción por obtener autorización para sus planes, que prevén también una ampliación del número de habitaciones hasta 140 y la construcción de un spa.

Varias organizaciones locales se oponen a las obras en el hotel porque, en el proceso, se derribarán varios edificios adyacentes de valor histórico, aunque, como en el caso del Clarence, se conservarán las fachadas.