¿Quién no ha visto una instantánea de Sara Carbonero? Nadie. Imposible. Si ya la habíamos visto en salidas nocturnas con Iker Casillas por Madrid, en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica mientras ejercía de periodista de campo o en su reciente viaje a San Francisco, ahora la tenemos también en biquini. Sí! En las últimas instantáneas que los paparazzi han podido captar, la guapa periodista está luciendo tipazo al sol con un biquini blanco en las playas de California compartiendo risas y bromas con su novio.

«Impresionante» pensarán algunos o «Esta chica está hasta en la sopa», comienzan a decir otros. Más aún cuando comienzan las sospechas de que la campaña mediática está muy bien planificada y todas las imágenes publicadas por Hola y The Sun gozan de calidad.

Y es que la Carbonero, con sólo 26 años, se ha convertido en la chica de moda y los medios de comunicación, aprovechando su relación con el portero de la selección y la repercusión del beso espontáneo que le dio el día de la final del Mundial ante las cámaras y que congregó a ocho millones de espectadores, la han encumbrado a los altares de la fama.

Además, los profesionales de la prensa del corazón, conscientes de la repercusión que alcanza cada movimiento de la joven, hacen cábalas de los euros que podría ganar si entrara en el juego de la compra-venta de su privacidad.

Sin embargo, según la periodista ha rechazado las numerosas ofertas de varias agencias que se han puesto en contacto con ella para protagonizar campañas de publicidad o portadas de revistas. Aún así, las nuevas fotos levantan sospechas.

Y es que hasta la fecha, parece ser que Sara tiene más que suficiente con su sueldo de 100.000 euros por el cargo de subdirectora de Deportes de la cadena privada para la que trabaja y prefiere mantener su vida privada alejada de la compra-venta de su intimidad. O eso dice.

¿Hasta dónde llegará esta chica? Es la pregunta que muchos se hacen. En la cumbre de la fama sufre el riesgo de que se rinda al juego de la prensa rosa y su credibilidad desaparezca o por el contrario consiga compaginar ambos extremos.