El arquitecto pasará diez días en Alemania junto a su esposa. Además, resalta que agosto es un «mal mes para la estética» porque el calor hace que los cuerpos se «desparramen».

¿Le dejará su profesión descansar unos días este verano?

A duras penas, pero sí.

¿Dónde veraneará?

Diez días pasaré en Alemania, país en el que repito. Normalmente, las vacaciones consisten en huir de la cotidianidad. Uno de los sitios que he encontrado para hacerlo es Alemania; este año, toca recorrer la parte occidental. Luego, el resto del tiempo lo pasaré encerrado en mi casa de Benalmádena con mi familia, con mis hijos, con mi nieta y mis libros.

¿Turismo cultural o de sol y playa?

No desprecio el turismo de sol y playa, siempre y cuando tuviéramos buenas playas, pero es que tampoco las tenemos. A mí la playa me gusta mucho. A mí lo que me gusta es viajar, moverme de un sitio a otro. El hecho de irse de lo cotidiano ya es una instancia cultural en cierto modo. Por supuesto, me entusiasma el turismo cultual. Hay millones de cosas para ver en el mundo y, lamentablemente, no podremos ver ni la décima parte.

Para usted, ¿qué tiene el verano que no tienen las demás estaciones?

Sangre, sudor y lágrimas. Agosto es un mal mes para la estética. Lo que puede ser un ciudadano decente en el mes de enero, se convierte en una especie de ameba pilosa sudorosa en chanclas y camiseta en el mes de agosto. Lamentablemente, el calor hace que nuestros cuerpos, que no suelen ser precisamente el de Cristiano Ronaldo, se desparramen.

¿Aprovecha estos meses para hacer algo que durante el resto del año no ha tenido tiempo?

Fundamentalmente, viajar y hacerlo con mi mujer. El verano suele ser un buen momento para reencontrarse con la familia.

¿Qué libro no faltará en tu maleta?

Llevaré unos cuantos. Llevaré todos los libros de Philip Kerr. Luego no leo tanto, me dedico a leer muchísimo sobre los lugares en los que estoy. Intento volver siendo un supuesto experto de los lugares en los que he estado. Leer la historia en los escenarios de la historia me resulta apasionante. Luego, cuando vuelves te permite chulear muchísimo.

¿Cómo combate el calor de estos meses estivales?

Yéndome a sitios, donde supuestamente, no lo hay.

¿Cuál es su comida preferida en esta época?

Sueño con un foie en Estrasburgo, que creo que es el mejor del mundo. Voy con un destino muy claro: tomarme el mejor hígado del mundo.