Ya hacía unos días que la calle Alcazabilla se preparaba para la magia y es que nuestra Feria está pensada también para los más pequeños. Jóvenes y adultos se pasaron ayer por la Feria Mágica Cervantina para ver los espectáculos, talleres, bailes y cantos que tenían lugar en este primer día de celebración. Pero los verdaderos protagonistas fueron los niños y niñas que visitaron este espacio. La Alcazaba y el Teatro Romano fueron testigos de todas las actividades que se desarrollaron desde las 12.00 horas y que seguirán en cartel hasta el 20 de este mismo mes.

Al mediodía ya empezaba a escucharse música medieval para ambientar la calle. Todos los actores y animadores se preparaban, bajo la atenta mirada de los espectadores que iban y venían. Algunos turistas y curiosos se detenían para ver qué estaba pasando. Con el pasacalles, en el que todos los participantes desfilan juntos, Don Quijote y su fiel escudero, Sancho, precedieron a la comitiva despejando el camino de grandes gigantes para defender la paz del lugar.

Los niños y niñas bailaron con La Carpa al son de Follow the leader o We are the champions, que no son canciones muy cervantinas pero, desde luego, cumplieron su función. Las tres animadoras sacaron al escenario a muchos niños e interactuaron con su público para entretenerlos.

Dejando a un lado la marcha y la música, en otra de las casetas se representaba una obra de teatro. Sancho Panza comenzaba con el mítico «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...» mientras el Quijote se paseaba en camisón leyendo sus libros de caballería. Poco a poco, la obra fue desmadejándose para conocer los pasajes más divertidos y emblemáticos de la obra de Cervantes. Con un caballo imaginario, Don Quijote visitó a la bella Dulcinea del Toboso e hizo frente a molinos y gigantes. Fue uno de los momentos en los que la imaginación fue la verdadera protagonista, con la cultura y la diversión yendo de la mano. En otra de las casetas se le presentó a los niños la historia de Miguel de Cervantes. Mediante juegos, interacciones y trucos de mágica se los metió a todos en el bolsillo. Ojalá se traduzca en futuros lectores.

Cada ciertos pasos se veía gente congregada en las casetas atentas a toda la diversión que ofrecían los animadores. Una cola de niños esperaba su turno en los talleres de caballería para hacer actividades con caballos y lanzas. La oferta era muy amplia. Y no solo en lo que a actividades se refiere: muchos niños pasaban junto a sus padres pintados con vivos colores y purpurina gracias a los pintacaras ubicados en la misma zona.

En general, una agradable jornada que unió a amigos y familias para vivir la magia cervantina al ritmo del verano. Todos están invitados a vivir la Feria acompañados de Don Quijote y los suyos en estos días en la calle Alcazabilla.

@agvstinmm