La Feria se acaba. Apenas queda unas horas de la jornada de hoy para que los feriantes digan adiós al vino dulce, el flamenco y la música. Varios son los que dirán adiós no solo a la fiesta sino que darán la bienvenida a la rutina y a la vuelta al cole. Otros se sentirán aliviados al pensar que la fiesta termina y la normalidad vuelve a sus vidas. Como todos los años, hoy el alcalde de Málaga pronunciará el balance oficial sobre cómo ha transcurrido la feria. Pero, ¿qué piensan los ciudadanos, visitantes y comerciantes del Centro? Hay opiniones para todos los gustos.

Durante toda la semana, la Feria de Día en el Centro ha estado abarrotada. Miles de personas caminaban por las calles de la ciudad, bebiendo cerveza, vino y cualquier cosa que estuviese lo bastante fría para poder aliviar el calor. María Ángeles Marín es malagueña y asegura que ha pisado la Feria día sí y día también. «Me encanta venir al Centro. Estar con mis amigos bebiendo, haga calor o no, es lo que más me gusta hacer», comenta Martín.

Ella no es la única que piensa que venir al centro a beber es una de las mejores actividades de la Feria. Un grupo de amigos que viene de Valencia aseguran que vienen todos los años a pasarlo bien, consumir lo que queda de verano en una de las mejores fiestas de España. «Todos lo años creemos que viene más gente a disfrutar y es mejor cada edición».

Los puestos ambulantes de comida, juguetes y globos, no opinan lo mismo. En la calle Larios, una mujer fija su puesto todos los años en ese lugar, pero apenas ofrece detalles. «No quiero hablar de esto. Vengo porque no me queda más remedio. La Feria cada año va a peor», son las únicas palabras que pronuncia. Los abanicos, flores, peinetas y castañuelas son algunos de los objetos que también protagonizan la Feria. Sergio, el dueño del puesto que vende de todo, se sitúa en pleno Centro porque los «guiris me comen. Viene sobre todo pidiendo objetos con los que se puedan refrescar, como los abanicos», asegura.

Es la una de la tarde y la plaza de la Constitución está al completo. El terral no ha impedido que cientos de malagueños acudan y disfruten del penúltimo día de las fiestas. Eugenia Sánchez baila sevillanas en plena plaza. «Me da igual el calor, me da igual la gente que haya. Me gusta esto, el ambiente. Es lo mejor que tiene la Feria», valora.

La Plaza Uncibay no entiende de crisis. Es el sitio principal donde se reúnen los jóvenes visitantes y malagueños. «El centro es el corazón de la Feria. Me da pena por lo vecinos, pero es que esto es así. Yo siempre me comporto cívicamente bien y lo demás podrían hacerlo también. Pero estamos en fiesta y es lo que ocurre», afirma Jorge. Muchos comerciantes del Centro opinan que es una feria como otra más y que no hay grandes cambios. En Aparicio venden tanto Cartojal como pasteles «a puñados». Desde Doña Mariquita se quejan del bullicio que se forma todos los días.

Dede luego la Feria es un tema de controversia, ya sea de forma positiva o negativa. Unos piensa que hay mucho ruido y demasiado alcohol. Otro solo lo ven como una forma de pasar un buen rato y vivir el final del verano estupendos. Son los dos bandos que chocan todos los años.