La Feria es una semana mágica que brinda miles de oportunidades. Conocidos y amigos se reúnen para disfrutar de la fiesta ya sea cantando, bailando, comiendo, bebiendo o simplemente paseando por las calles que se han ambientado con los típicos farolillos y luces de llamativos colores. Es una semana en la que también muchos intentan ganarse un dinero extra entre tanta celebración. El foco se traslada a aquellos que están día a día -y noche a noche- ahí, dando vida a la Feria.

Una de las partes fundamentales es la comida. En el Real hay una fuerte competencia debido a la gran cantidad de puestos de comida rápida ubicados entre sus calles. Comida barata, con buen sabor y que se sirve sin mucha espera es lo que buscan cientos de feriantes. La hamburguesa y el kebab se convierten en los platos estrella. Así lo afirma Laura Cañete, que lleva dos años trabajando en uno de estos puestos. Diego Vela está justo en un puesto al lado de ella. Es su padre el que lleva 40 años en un negocio que«va de generación en generación» -este joven continuará con la labor cuando su padre lo deje-. Coincide con el menú más demandado pero afirma que «la gente se pide lo más barato».

Tras una buena comida, qué mejor que un postre. Eugenio López lleva años trabajando en uno de los puestos de Mitomix. La gente suele decantarse por los típicos buñuelos de chocolate, aunque tienen otras variedades y caramelo. Asegura que este año los ingresos han bajado un tanto con respecto a los de la Feria pasada.

Con el estómago lleno se pueden realizar múltiples actividades. Uno de los grandes atractivos son los puestos de souvenirs y artículos típicos. Uno de ellos es el que lleva 10 años sacando a la Feria Mari Ángeles Jiménez. «Lo que más se llevan son abanicos y flores». Entrando en el tipo de comprador, «los españoles compran más que los turistas». Por lo visto, los últimos «regatean mucho, a los españoles les gusta algo y se lo llevan».

Si apetece algo fresquito con el calor que se vive en Málaga durante el verano, el puesto de mojitos será la solución. Eugenia Miguel Sánchez trabaja en uno de ellos, al más puro estilo tropical. Despacha clientes rodeada de vegetación y frutas. «Los sabores que gustan más son fresa, melón y piña», dice.

El puesto de Juan Corral tiene todo tipo de delicias y artículos para niños como peluches y muñecos. «37 años llevo trabajando y con mi padre, más», asegura. Está a punto de jubilarse, será su hijo quien continúe con su labor. Lo que más gusta, «manzanas, garrapiñadas y almendrados». Lo mejor de su trabajo, «eres tu propio jefe»; lo peor, «los impuestos superan los beneficios». Pero Corral confirma tener «ese gusanillo» de aquellos que aman la Feria.

@agvstinmm