­La vida sigue. Muchos aficionados seguían ayer en los momentos previos de la quinta corrida de abono de la Feria discutiendo sobre si Fortes merecía la segunda oreja que no recibió en la tarde del pasado miércoles. El de ayer por la tarde era uno de los carteles más esperados por la afición malagueña.

Roca Rey, el joven torero peruano, recibió una serie de durísimas volteretas en el tercero de la tarde. Se levantó dolorido y en volandas llegó a la enfermería, donde se quitó la chaquetilla y, tras unos minutos de desconcierto, salió a tratar de dar muerte a su adversario. Unos minutos más de faena y al segundo pinchazo cayó sin fuerzas en el albero. Intentó reponerse sin éxito. El torero fue trasladado sedado al Parque San Antonio, donde se le hicieron pruebas para descartar hemorragias internas. Morante, después de la bronca del primero, terminó con el toro.

A Morante uno le puede gustar más o menos. Lo que no es discutible es que cuando aparece en escena el ambiente es otro. En Málaga se le rogamos de un triduo al torero sevillano. Ayer en la plaza, hoy en las calles y mañana de nuevo en el coso. Al diestro de la Puebla del Río le acompaña una cohorte de morantistas que se dejan ver y reconocer como legión. No estoy seguro de saber explicarle al lector cómo reconocer a un morantista en la calle. De lo que sí estoy seguro es de que un morantista es como un vegano, no habrá cruzado más de dos palabras con uno de ellos y ya se habrá encargado de dejarlo claro.

En el burladero de la Diputación estaban el presidente, Elías Bendodo, el vicepresidente Francis Salado, el Delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, el Subdelegado del Gobierno en Andalucía, Miguel Briones, y el presidente de PP Andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla. También estuvieron en el callejón el abogado sevillano Joaquín Moeckel y el filósofo francés Francis Wolff. En el burladero de la Delegación del Gobierno Andaluz estuvo junto al delegado, José Luis Ruiz Espejo, el consejero de Justicia e Interior, el pacense Emilio de Llera.

En las butacas del ocho es habitual ver a una buena cuadrilla de jóvenes aficionados rondando los 20 años. Entre ellos, Juan Romera Fadón, nieto del histórico periodista Paco Fadón, Carlos Garrido, banderillero de la Escuela Taurina de Málaga, y otros aficionados como Javier y Luis Arrabal, Juan Pedro Orellana, Rafael León, Alba Reyes, José María Martín, Ignacio Luque, Marino Navas o Javier Gallardo.

Una antitaurina quiso saltar al ruedo para desplegar una pancarta. El excesivo control policial, previendo una acción así, actuó con rapidez y no pasó del callejón. Esta persona no fue detenida, sino propuesta para sanción económica.