­Abordamos al matador de toros malagueño Saúl Jiménez Fortes en el callejón de la plaza de La Malagueta. Está viendo una de las semifinales del Certamen Internacional de Escuelas Taurinas de La Malagueta, el mismo que él ganara en 2007. Ahora, las circunstancias son diferentes, ya que el próximo miércoles afrontará un nuevo reto en su carrera al enfrentarse en solitario a seis toros de diferentes ganaderías.

¿Cómo surge esta encerrona y porqué acepta este reto?

Surge durante la negociación de una forma natural, y es una forma de agradecer a la afición de Málaga todo el cariño que me demuestra desde hace tiempo y cómo apuesta por mi carrera. Me lo planteo como una forma de revalidar el triunfo del pasado año y, porqué no, intentar lograr de nuevo el Capote de Paseo que se me entregará al inicio del festejo.

¿Le cuesta a las figuras anunciarse con Fortes y por eso ha habido que buscar esta otra opción?

No, simplemente se ha optado por actuar en solitario y, la verdad es que lo único que preocupa en estos momentos es ser capaz de estar a la altura de lo que se espera de mí y de lo que yo puedo dar. Ojalá en los próximos años sí que pueda compartir cartel con todos esos toreros a los que tanto admiro y respeto. De momento, este año me toca hacer el paseíllo solo.

¿El percance de Santander ha alterado un poco la preparación para el 16 de agosto?

Lo ha condicionado. Aunque desde el invierno me encuentro preparado para la temporada, al conocer este cartel se inició una preparación específica. Se ha tenido que parar un poco, pero creo que también ha sido bueno para fortalecer más la mente, que a veces es más importante que el cuerpo. Me han venido bien estas dos semanas en las que he tenido más que pensar que entrenar.

No es su primera encerrona en La Malagueta. ¿Qué aprendió de la de 2013?

Que la tarde es muy larga, que los toros se torean de uno a uno y no a la vez, que aunque uno piense en cómo quiere que salgan las cosas luego salen como tienen que salir… Al final, el resultado es la suma de todas las pequeñas decisiones que vas tomando a lo largo de la tarde. Quizás entonces no tenía la experiencia necesaria, pero ahora sí la tengo y sé que tengo que ir toro a toro.

¿Cómo se ha realizado la elección de las ganaderías?

Hemos optado por ganaderías que son señeras y que además tenían toros con garantías. Casi todos los ganaderos son grandes aficionados que, además, creen en mi proyecto, y que han apostado por llevar un toro en concreto para que den el resultado que queremos.

Y había que meter un referente torista, que ha sido el de Victorino Martín.

Yo tenía claro que quería incluir uno de sus toros en el cartel. Siempre lo he tenido, porque pienso que con el toro de Victorino se pueden alcanzar cotas de emoción tanto si hay toreo como si hay peligro. Al toro de esta ganadería que embiste se le puede hacer el toreo casi mejor que a ninguno, ya que transmite muchísimo.

Aún compartiendo la procedencia Domecq, ¿cómo hay que afrontar los toros de las restantes ganaderías?

Muchas veces agrupamos a los toros por encastes, pero el torero tiene que tener la mente preparada para tratar a cada animal con lo que necesita. Al final, todos van a tener un comportamiento distinto y tú vas a tener que tener los recursos para tratarlos de una forma diferente. También hay que tener una capacidad artística para que durante toda la tarde haya un hilo conductor para contar una historia con sentido y coherencia.

¿Se encuentra ya con esas capacidades para afrontar con solvencia estas dificultades?

Sí, pienso que sí. Independientemente del resultado que se dé, aunque las cosas no se den como se espera, creo que estoy preparado para afrontarlo. Estoy convencido de mis posibilidades, de no ser así no lo habría hecho.

¿En qué se sueña en las vísperas de este compromiso?

Yo sueño con dar una tarde completa, redonda en la que sepa transmitir todo el toreo que llevo tantos años buscando. No pienso en cuajar los seis toros, porque eso sería irreal. También me hace mucha ilusión que sea el día 16, porque hacen justo dos años desde que volví a nacer, y hay muchas cosas que me motivan.

¿Esa fecha del 16 de agosto de 2015 en Vitigudino no se olvida?

Creo que igual que uno se acuerda todos los días de su cumpleaños, también me acordaré siempre de eso. Visto con el tiempo, es un recuerdo totalmente positivo, no sólo por la fortuna, sobre todo porque a partir de ese día yo adquirí un compromiso conmigo mismo de que cuando yo me retirara me sintiera orgulloso de lo que hubiera hecho. Me replanteé mi carrera desde ese día, y por eso lo tengo casi más presente que por lo personal.

Y tras Málaga quedará otro trance, como es lidiar la corrida de Miura en Bilbao…

Ese es otro reto grande. Lo acepté porque me motiva muchísimo volver a Bilbao, una plaza donde tomé la alternativa y donde he vivido tardes de muchísima emoción, unas por la épica y otras por lo artístico. Por circunstancias no había podido volver desde 2013, y esta ha sido la oportunidad. A lo largo de la historia ha habido muchísimos toreros que han tenido grandes triunfos con los toros de Miura, y creo que para mí y para mi currículum va a ser positivo.