Málaga vivió una noche muy emotiva este viernes. A las ganas por el inicio de una de las semanas más esperadas del año se le sumó la pasión que volcó Lamari en su entrañable pregón y el sentimiento de la abarrotada playa de La Malagueta, que vivió con intensidad tanto las palabras de la cantante como el colorido espectáculo piromusical y el recital de Chambao. De esta forma arrancaba una Feria de Málaga que se intuye histórica por las altas previsiones de afluencia de público que se espera.

María del Mar Rodríguez Carnero comenzaba su discurso entre nervios y agradecimientos, recordando la locura de aceptar el reto de ser la pregonera «en vez de estar ahí abajo como siempre». Pero lo afrontó con valentía y recordando a algunos de los que la han precedido: Diana Navarro, Manolo Sarriá o Dani Rovira. Aunque los agradecimientos principales se los dedicó a su familia: «A mi madre Pepa y a mi padre Rafael por traerme al mundo y enseñarme tantos valores que no se enseñan en la escuela».

Mientras relataba su infancia, aquella que vivió en la barriada de Santa Teresa, cantó algunos versos de Málaga, de Tabletom, «el grupo que más he visto en la Feria». Y recordó que, desde pequeña, vivió la fiesta vestida de gitana. «Pero como no teníamos mucho dinero, mi madre me hacía una falda larga de volantes y lunares». Y así detalló, de manera muy cercana, el cariño que siente por su ciudad y su Feria: «Tengo la suerte de conocer otros lugares y sus fiestas, pero como la nuestra ninguna, Málaga».

Lamari siguió ensalzando a su tierra, su cultura y sus gentes, y se confesó enamorada de lugares como «la Sierra de las Nieves, el Caminito del Rey o las playas de Maro». En los últimos compases de su discurso recordó emocionada, su enfermedad y al oncólogo «don Emilio Alba» «Infinitas gracias tito Emilio por salvarme de un cáncer de mama en 2005. ¡Te quiero!». Después llegaron los fuegos y el concierto de Chambao. Y así arrancó esta Feria de Málaga que promete ser de récord.