La plaza de toros de La Malagueta vivía ayer la expresión más popular de la fiesta de los toros. Aficionados de todas las edades llenaban en tres cuartos los tendidos del coso en la final del XII Certamen Internacional de Escuelas Taurinas. Tras las tres semifinales, los más destacados afrontaban ante erales de la ganadería de Santiago Domecq uno de sus primeros grandes compromisos en el prólogo de la Feria de Málaga 2017.

Los elegidos eran José Luis Becerra ´Corruco´ de Algeciras, Fernando Molina de Albacete y Miguel Polope de Valencia. Cada uno jugó sus bazas para llevarse el gato al agua, y obtener el jugoso premio de poder debutar el próximo año con picadores en este mismo ruedo. Compitieron con limpieza en quites, demostrando que ninguno quería quedarse atrás.

No hubo un triunfador destacado, pero a juicio del jurado fue el representante algecireño, que además fue el que gozó de un mayor respaldo del público. Su toreo alegre y bullicioso, junto a sus indudables ganas de agradar, fueron correspondidas desde que recibiera al que abría plaza con hasta cuatro faroles de rodillas. Con la muleta acusó sus ansias de triunfo con algunos defectos de colocación que le llevaron a ser volteado repetidamente. En su segundo quiso quemar todas las naves, lo recibió a porta gayola, siguió por chicuelinas y compartió palos con su tío, subalterno de quien ha heredado apodo. La faena fue todo un muestrario de pases a un astado con calidad; en un conjunto vistoso que fue jaleado por la afición. Su evidente desconfianza con el descabello le llevó a entrar dos veces a matar y a perder la opción de pasear algún trofeo.

Segundo fue el valenciano Polope, que comenzaba la faena de su primero con estatuarios, ofreciendo un toreo muy vertical y parsimonioso. No tuvo suerte en el sorteo, ya que le correspondió un novillo rajadito al que le costaba coger la muleta. Como sus compañeros de cartel, fue volteado al rematar una serie de manoletinas, y no acertó a meter la espada a la primera. En el último, otro astado que no fue sencillo, volvió a mostrarse muy pausado en una faena armónica y sin estridencias, con un nexo de conexión y voltereta incluida en los molinetes de remate.