Hay dos formas de vivir la Feria en Málaga: en el Centro y en el Cortijo de Torres. Dos ferias de diferentes ambientes, músicas y tradicionales, pero donde la gastronomía se sitúa como uno de los puntos fuertes. Sin embargo, ¿hay diferencias en las preferencias gastronómicas de aquellos que acuden a una u otra?

Cambio de cartas, aumento de precios y platos especiales. La Feria lleva a los restaurantes ubicados en el Centro a reinventarse y adaptarse a lo que, en estos días, los feriantes quieren comer. Muchos se olvidan de la comida más o menos gourmet que habitualmente sirven, y se pasan a la paella, el pescaíto frito y los platos de jamón y queso. Porque la Feria se acompaña con comida tradicional, sin complicaciones.

La Tasca Boombeer es uno de los restaurantes del Centro Histórico que cambia completamente su menú. Hacen paella a diario, aunque lo que más se pide es el pescaíto frito y la tortilla de patatas, explica el encargado del local, Miguel Ángel Cruz. «Durante esta semana viene más turismo nacional, tenemos que adecuar la oferta», afirma.

En el mítico Pepa y Pepe también reducen su carta. El pulpo, el adobo o la rosada frita son los platos preferidos en este restaurante durante la Semana Grande de la ciudad. Al pescaíto frito se unen el jamón ibérico y la tortilla de patatas, uno de los platos más solicitados en el Centro.

También están los restaurantes que mantienen su oferta, aunque suprimen una parte de ella, como las tapas «porque sino sería imposible», cuenta uno de los camareros de la Taberna del Siglo, Alberto Ruiz, quien entiende que no podrían dar un buen servicio y perderían dinero.

El Mentidero, sin embargo, amplía su carta para que aquellos que los conocen puedan seguir acudiendo, pero los que vayan buscando los típicos platos de Feria también los encuentren. La paella junto a la fideuá son las novedades que han incluido durante la semana de fiestas para poder competir con otros locales. Pero aquí hay algo que gana al pescaíto frito: el espeto de sardinas. Ser el único bar del centro con una barca donde poder elaborar el espeto les da esa ventaja, afirma uno de los dueños del local, Javier Frutos.

En lo que sí coinciden todos los bares del centro es en la venta al por mayor de cerveza y cartojal. Sin embargo, el tinto de verano es la bebida por excelencia que se pide para acompañar la comida en el Real Cortijo de Torres. «Este año se está optando más por el tinto», dice el cocinero de la caseta La Estrella, José Antonio Fernández. «Rellenamos el barril de tinto de verano cuatro veces al día», explica también el encargado de la Peña Costa del Sol, Chaib.

En el Real la oferta es prácticamente la misma, pero hay un plato estrella: la parrillada de carne o la carne a la brasa. Aunque, por supuesto, no faltan el pescaíto frito ni la paella. «El jamón y el queso es algo que se pide más por la noche», aclara José Antonio Fernández.

Migas, paella, callos, fideuá, salmorejo o patatas bravas suelen ser el aliciente que ofrecen las casetas del recinto ferial para atraer a los feriantes. «Con este ticket tiene el montadito y la caña a dos euros», dice el relaciones públicas y camarero del Club Recreativo Cultural Ricardo León, Miguel Serón a todas las familias o grupos de amigos que pasean por las calles del Real. Serón sabe que este año los incentivos son clave.

La impresión de que la Feria está siendo menos concurrida se hace palpable realidad al hablar con los encargados de las distintas casetas que conviven en el Real. «Hay probablemente la mitad de personas que el año pasado», confirma el encargado de la caseta El Sombrero, Rubén Ortiz. Aunque hay quienes creen que lo que ha disminuido es el consumo. «Viene gente al Real, pero en las casetas hay al menos un 40% menos de personas con respecto al año anterior», asegura el cocinero de la caseta La Estrella.

El encargado de la peña Costa del Sol, Chaib, tiene la certeza de que esto ocurre como consecuencia de los altos precios que establecen las casetas. «Si vas un año y es carísimo, no vuelves; esto es lo que está pasando». «Nosotros ofrecemos actuaciones en directo y mantenemos unos precios normales, por eso no estamos notando que haya menos gente», asegura Chaib a quienes sus compañeros, entre risas, llaman Chayanne por la complejidad de su auténtico nombre.

La oferta es amplia en el recinto, hay que diferenciarse del resto de casetas y quizá por ello en La Estrella tienen el cartel de «espeto de sardinas a cinco euros», aunque en realidad no haya. Es un plato que funcionó muy bien el año pasado, pero que han retirado este año: «No nos permiten tener las brasas ahí fuera», explica José Antonio Fernández.

Aunque las ofertas son las que invitan a entrar a las casetas y, puede que por eso, en todas predomina el cartel que, entrecomillado, ofrece paella gratis, una vez dentro los comensales optan por el pescaíto frito, la paella y la parrillada. O, en el caso de la peña Los Rosales, por hamburguesas, pinchitos o montaditos, según el encargado, Juan Manuel Sojo. Hay casetas para todos.

El Centro y el Cortijo de Torres. Dos opciones para comer fuera de casa y disfrutar del ambiente festivo que domina la ciudad. Si le apetece pescaíto, cartojal y cerveza, centro. Si prefiere parrillada o varias tapas «gratis» con su bebida busque un relaciones públicas y viva la Feria en el Real.