El profesor Paolo Boffetta, de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de Lyon (Francia) y sus colegas observaron las distintas formas de consumo del tabaco sin humo, tanto oral como nasal, y el riesgo asociado con su uso.

Según los expertos, se calcula que más de treinta carcinógenos están presenten en los tabacos sin humo.

La revista informa de que un análisis de todos los estudios realizados en este campo indican que el riesgo de cáncer oral aumenta un ochenta por ciento entre los que usan este tabaco, en tanto que en el caso del de esófago se sitúa en el 60 por ciento y en el de páncreas el riesgo es también de un 60 por ciento.

En lo que respecta al cáncer de pulmón, los resultados no son determinantes, pues en los estudios del norte de Europa se sugiere que no hay un exceso de riesgo, pero los de Estados Unidos muestran un aumento del riesgo del ochenta por ciento.

Los expertos resaltan que experimentos en animales indican que hay un contenido de carcinógenos en el tabaco sin humo y no lo recomiendan como sustituto del de humo.

Los médicos estiman que el riesgo de cáncer por el uso del tabaco sin humo es menor que el del humo, pero es mayor que en las personas que no consumen ningún tipo de tabaco.