La alta costura francesa siguió ayer por lujosos derroteros vestidos de gris en todas sus gamas, negro y blanco y bordados suntuosos, que lucirán las clientas de Chanel en el otoño-invierno 2008-2009. Karl Lagerfeld presentó a la mujer Chanel vestida de gris, tanto de noche como de día, aunque, para las ocasiones especiales elige el plateado o satinado y en otras se inclina por los grises opacos de lana.

Deja un infalible contraste del negro con el blanco para situaciones importantes, en faldas largas de gran volumen o rectas, en contraste con blusas o corsés bordados con escote palabra de honor, sin tirantes, adornados con lazos o volúmenes drapeado. Sin embargo, la mujer Chanel no evita el color violeta o rosa, ni tampoco los tostados, beiges y marrones, en modelos cortos o largos, pero que serán más bien escasos en su guardarropa invernal de lujo.

En cuanto al tradicional tweed de la casa, brillará primero con gran discreción, luego con más aparato de volumen, pero siempre con suma elegancia, gracias al entretejido de hilos plateados en vestidos de falda abullonada, amplia o abierta en pliegues, de talle alto o con la cintura marcada, bajo chaquetones confeccionados en idénticas materias y colores. La piel, elemento que sobre la pasarela de Karl Lagerfeld sorprendió a algunos especialistas, toma delicadamente los bajos de los vestidos para darles volumen, sostenerlo, o adornar algunos puños y hombreras.