Piezas clave del otoño-invierno 2008-2009 serán los "shorts" cervantinos, los bombachos; portados sobre medias opacas estampadas en flores y bordadas con cristales de colores, de preferencia sobre piernas interminables, y zapatos también de colores vivos y muy alto y ancho tacón.

Una blusa completamente transparente, adornada con grandes mangas drapeadas, para conjuntos de talle alto, un mantón de manila de lana, bordado con todo lujo de pedrería multicolor, o complejos chalecos monocolores, podrán acompañar pantalones de talle alto muy anchos o pitillo y los característicos bombachos Font del invierno que viene.

La luz mediterránea, componente esencial de la visión de España del modisto, tomará forma de voluminoso vestido princesa, con cola, construido con pequeños volantes, dameros y plumas.

En este paseo nacional realizado en 16 modelos, en el que de Aragón tomó ciertos bordados tradicionales, de Valencia brillarán sus azulejos, para dar forma principesca a elegantísimos conjuntos de enorme falda blanca, alada en azul y blanco.

Parco en palabras, el artista recibió a sus admiradores al término de "la batalla", que tenía ganas de afrontar, sin duda por estar "feliz" y "contento" con el resultado obtenido, según comentó a Efe poco antes del evento.

Sin ser evidente, porque las evidencias no gustan al modisto en su empeño de mostrar su visión sutil del país en que nació, Font quiso hablar en esta colección, "hecha con mucha ilusión", de Cervantes, de Galicia, "de toda España"; de bordados de mantones de manila andaluces, de estampados con cerámicas valencianas, de bordados de Castilla, "todo mezclado y bien puesto".

Para lo que utilizó "materias nobles, organzas bordadas y rebordadas encima, tejidos vueltos, estampados ricamente bordados", precisó.

España, tema recurrente en sus diseños, desde los primeros de la alta costura a sus anteriores colecciones parisienses de Prêt-à-Porter, que inauguró en el Molino Rojo, fue aquí inspiración omnipresente.

"La colección que he hecho, la inspiración, son mis raíces, mis vivencias, mis colores del mediterráneo"; el país "donde he nacido y de donde he vivido", de los azulejos a los bordados, "todo lo que he mamado yo lo he plasmado", aseguró.

Aunque no solamente quiso evocar, sin embargo, el país de Calderón de la Barca en todas sus facetas y particularidades.

Vaporosas blusas de tules, faldas trapecio de dimensiones especiales y el mismo vestido amarillo de volantes permitían percibir la existencia de su doble fuente de inspiración.

"Este año es la danza con España, cojo varios temas, los profundizo, los estudio, reúno toda la información posible y luego empiezo la colección"

Es así como trabaja el modisto, su manera de conseguir "mezclas extrañas, de las que sale una buena colección".

"Por eso este año hablo de la danza clásica, de la contemporánea, del baile andaluz y de España", explicó.

La bailarina y coreógrafa española Blanca Li, residente, como él, parcialmente en París, habría sido la perfecta invitada de honor, pues, además, el flamenco fue la música elegida por el modisto para acompañar la puesta en escena de sus modelos.

El modisto dijo haber vendido todas sus creaciones de alta costura de su primera colección, presentada a principios de año en París, aunque ignora por completo su precio, dedicado como está en exclusiva en crear sus colecciones de ropa, zapatos y bolsos.

El de Josep Font fue hoy uno de los desfiles finales de la alta costura francesa para la próxima temporada invernal, que cerró ocho intensos días de moda abiertos con las pasarelas de moda masculina para la próxima primavera-verano.