El cuerpo, en estado de descomposición, fue hallado hoy a 100 kilómetros de la costa de Maricá (Río de Janeiro) y trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde los forenses estudiarán la identidad del fallecido, informó la empresa.

Los responsables de Petrobras consideraron que se puede tratar del sacerdote desaparecido por la ropa que aún vestía el cadáver, que coincidía con la que llevaba De Carli el día de su desaparición.

El sacerdote se perdió el pasado 20 de abril, cuando emprendió el vuelo con la ayuda de un millar de globos inflados con helio desde la ciudad de Paranaguá, en el sureño estado de Paraná, a unos 1.000 kilómetros del lugar donde hoy fue encontrado.

El religioso pretendía volar, sin ayuda de motor, hasta los municipios de Cascavel o Maringá, ciudades del interior del estado cercanas a la frontera con Paraguay para dar a conocer una protesta en favor de unos camioneros.

No obstante, los fuertes vientos que soplaban aquel día en la zona lo desviaron de su ruta y lo empujaron mar adentro.

En su búsqueda participaron grupos de rescate del cuerpo de bomberos y de la Fuerza Aérea de Brasil, cuyos helicópteros no hallaron rastro del sacerdote.

El último contacto que mantuvo De Carli con tierra fue poco después de desviarse de su ruta.

Telefoneó a los servicios de emergencia locales solicitando ayuda y pidiendo instrucciones para utilizar un dispositivo de localización por GPS que llevaba consigo pero del que desconocía su funcionamiento.

El sacerdote, de 42 años, era famoso en Brasil por haber emprendido otros vuelos arriesgados con centenares de vistosos globos de colores. En su último vuelo, De Carli trataba de superar su récord personal de globos.