La declaración fue adoptada a propuesta del ministro de Bienes Culturales, Sandro Bondi, para quien "la decisión se ha hecho necesaria por el permanente estado de desidia y degrado en el que se encuentra el lugar desde hace tiempo".

Las ruinas de Pompeya y todo su enclave arqueológico ocupan 440.000 metros cuadrados y están declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

En un reportaje publicado ayer por el diario Corriere della Sera se denunciaba el estado de abandono que sufre Pompeya donde, según los expertos entrevistados, todos los años desaparecen unos ciento cincuenta metros cuadrados de frescos y revoque por falta de mantenimiento.

Pompeya, situada en el sur de Italia, fue una ciudad romana en la que la vida quedó sepultada el 24 de agosto del año 79 d.C. tras la erupción del Vesubio, lo que permitió su conservación casi intacta hasta la edad contemporánea.