Memín Pingüín, creado en la década de 1940 por Yolanda Vargas y objeto de burla de los personajes blancos en las tiras cómicas en las que aparece, es un niño de raza negra, retratado con rasgos exagerados, como unos labios muy gruesos y orejas de soplillo, que ayuda a su madre vendiendo periódicos y limpiando zapatos.

Como ya ocurriera en 2005, cuando el portavoz por entonces de la Casa Blanca, Scott McClellan, indicó que imágenes así no tenían "cabida en el mundo moderno", el personaje ha topado de nuevo con las barreras culturales.

Si entonces la discusión surgió por la publicación de unos sellos emitidos en México (los 700.000 que se pusieron a la venta se agotaron en una semana), ahora el cómic ha sido eliminado de esa cadena de tiendas minoristas debido a la reclamación de uno de sus clientes en Houston (Texas).

"Pensé, ¿esto es un mono o un niño?", dijo al canal de televisión CNN Shawnedria McGinty, de 34 años y de raza negra, la mujer que interpuso la queja formal. "Para mí era un insulto. Estamos en 2008", subrayó.

A esa petición se sumó el activista local Quannel X, que consideró el cómic como un ataque racista contra la cultura afroamericana y la gente de color. "Es una vergüenza. Esto es reirse de los rasgos físicos de toda una población", declaró a medios estadounidenses.

"Fijaros en cómo dibujan a su madre, con unos enormes labios étnicos, tez oscura, haciéndola pasar por un gran gorila y a él como el pequeño mono", explicó en un discurso ofrecido a escasos metros del centro comercial donde McGinty vio el libro por primera vez.

La última edición del cómic, "Memín para presidente", estaba disponible en ciertas tiendas de Wal-Mart con un amplio número de consumidores latinos, según explicó el portavoz de la empresa, Lorenzo López.

Sin embargo, la decisión tomada el miércoles por la compañía obligará a todos los establecimientos de la cadena a no dejar ni rastro del personaje en sus estanterías.

"Entendemos que Memín es una figura popular en México", apuntó la empresa en un comunicado. "Pero, dada la imagen negativa que puede tener Memín en algunos, sentimos que lo mejor era retirarlo de nuestras tiendas. Pedimos disculpas a aquellos clientes que se hayan sentido ofendidos por las imágenes del libro", reza la nota.

Para unos la indignación está justificada. Pero otros creen que los críticos deberían lanzar su mirada más allá y entender las historias del personaje.

"Así llevarían una sonrisa a su cara", dijo a la CNN Javier Salas, locutor de radio de la cadena WRTO, en Chicago (Illinois).

"Le respetamos (a Memín), le queremos. Y por eso es tan absurdo para nosotros escuchar quejas de gente que no le conoce ni le comprende", añadió.

"Crecimos leyendo, aprendiendo y educándonos con muchos de los asuntos que trataba (el cómic), como la honestidad, la justicia y la tolerancia", agregó Salas, para quien "es un personaje único".

En 2005, tras las declaraciones de McClellan, el por entonces ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Ernesto Derbez, aseguró que la postura de EEUU significaba "una falta total de conocimiento y de respeto" hacia la cultura de su país.

Algo que corrobora Raúl Ramos, profesor de Historia méxico-americana en la Universidad de Houston.

"En el cómic, él (Memín) es el héroe. Es una figura como Charlie Chaplin, el granuja que logra sobreponerse a situaciones difíciles", dijo Ramos en declaraciones al Houston Chronicle.

Parece claro que, como se comenta en el vídeo de la CNN y parafraseando a Sofía Coppola, a veces, lo más importante, queda "lost in translation" ("perdido en la traducción").