Hicieron cola y la mañana comenzó mucho antes para ellos. Así lo vivieron los compradores de medio mundo que tuvieron la paciencia de esperar a las puertas de cualquier tienda de Telefónica (quien se ha hecho en exclusiva con el revolucionario aparato) que hubiese puesto a la venta el célebre nuevo teléfono de Apple: el iPhone.

En España, como casi siempre en estos casos, la distribución fue ´discriminatoria´: a Málaga capital apenas llegaron una veintena de aparatos, que por supuesto ´volaron´, a dos centros autorizados (un par de tiendas en Vialia y en Armengual de la Mota, con 9 y 14 iPhones, respectivamente). Y los aficionados ´de provincias´ a la tecnología, que ya saben de qué va esta historia, no estaban dispuestos a aguardar horas y horas para luego salir con las manos vacías. Mientras en Madrid cerca de 300 personas, algunas de las cuales habían dormido en la calle, aguardaban expectantes para hacerse con el iPhone, en las inmediaciones de Armengual de la Mota, a la hora de la apertura de la tienda Movistar, había una veintena de interesados, los más ´techies´, y algunos se llevaron dos ejemplares, por lo que no todos los que madrugaron regresaron a casa con su flamante teléfono. Además, entre ellos mismos hicieron una especie de improvisado referéndum para decidir quiénes se quedaban con los modelos de 8 gigabytes y quién adquirían los de 16 gigas. Una vez más, la demanda superaba ampliamente la oferta.