De este modo, Laurentina Cid, madre y tutora legal de Montserrat Miguel de 38 años de edad, con una sentencia definitiva de un juzgado medinense dictada el pasado 8 de julio, insiste en que su hija abandone el centro donde reside desde 2002 dado su grave diagnóstico.

"Tiene una enfermedad mental, es deficiente y necesita de terceras personas porque no sabe ni como se llama, ni quién es su madre ni su hermana", enfatizó Cid. De hecho, su progenitora aseguró que en los últimos meses su salud ha empeorado porque "ha perdido mucho, no razona, no para quieta y está muy solita".

En la Unidad de Rehabilitación donde reside Montse "no hay más que cuatro cuidadoras", mientras que en la de Deficientes donde hay 48 enfermos "hay 20 monitores", reivindicó Laurentina.

En esta línea, la madre de la joven resaltó que durante el tiempo que su hija permanece allí sin atención personalizada el problema no la deja descansar porque ya cuando estaba en casa alguna vez ingirió "veneno para las cucarachas" aún cuando estaba vigilada a todas horas por familiares.

"Temo que ande sola por las cocinas donde hay lejía, jabón, detergente y productos de limpieza", apostilló Cid, dado la incapacidad de Montse de discernir los productos de alimentos.

"SE BEBE EL ORÍN"

Según relató Laurentina mencionando palabras del director del centro: "Coge un vasito del café y se va a la cocina, orina en una cazuela y se bebe el orín", lamentó la mujer. Un hecho considerado "casi" un mal menor por su parte. "Menos mal que se lo bebe porque si le da por beber lejía o cualquier cosa, \u00A1ahí se queda!".

En numerosas ocasiones Laurentina ha presentado denuncias ante la policía porque Montse se ha escapado del centro, un dato que para su madre reafirma la necesaria inmediatez del traslado. "No quiero que mi hija se escape, la pille un tren y se quede la pobre en una silla de ruedas", criticó Cid.

Desde que comenzara la enfermedad de Montserrat hace dieciocho años, sufre oligofrenia severa, la situación psíquica de la familia se ha visto agravada con el paso del tiempo porque saben que no pueden hacer nada más por ella.

MIEDO A QUE PASE ALGO

"El padre, la hermana y yo estamos sufriendo todo los días porque no sabemos si nos van a llamar para decirnos que la ha pillado un coche o ha pegado a cualquier persona", relató la mujer que acude semanalmente a un psiquiatra y se encuentra en tratamiento para soportar la enfermedad de su vástaga.

En este sentido, Laurentina hizo especial hincapié en que "como cualquier madre" quiere lo mejor para su hija y que no va a descansar, "hasta la última gota de sangre" porque su hija esté como todos los deficientes "atendida" porque la ley "\u00A1es igual para todos!".