Mientras que las autoridades se plantean la posibilidad de legalizar la compra de órganos, los especialistas sanitarios opinan que primero habría que mejorar el sistema médico para aumentar la donación voluntaria.

En Singapur, la lista de pacientes para un trasplante de riñón comprende unas 560 personas, con una media de espera de nueve años, demasiado tiempo para algunos de los enfermos.

Los urólogos singapureses buscan soluciones en los sistemas de donación españoles y noruegos, donde la oferta de órganos satisface casi completamente la demanda.

La directora del programa de trasplantes del Hospital Nacional Universitario, la profesora A. Vathsala, se opone a la comercialización de órganos y, en cambio, aboga porque Singapur fortalezca sus programas de donaciones.

Vathsala, que visitó España y Noruega para estudiar los programas de donación de riñones, indicó que la ciudad-estado debería seguir el ejemplo de estos países y retirar la restricciones de edad para la donación de órganos.

También citó la asistencia gratuita sanitaria en los dos países europeos, lo que permite el seguimiento permanente de la salud de los donantes ante cualquier complicación de salud por la falta de un riñón.

Recientemente, la Fiscalía de Singapur acusó por vez primera a cinco personas por traficar con riñones, lo que ha generado un debate sobre la conveniencia o no de legalizar la compra-venta de órganos.

El ministro de Salud, Khaw Boon Wan, indicó que, dada la escasez de donaciones, el Gobierno debe estudiar la posibilidad de legalizar la comercialización de órganos.

"Creo que la compra-venta de órganos no es el camino más apropiado, pero teniendo en cuenta la realidad no deberíamos rechazar la idea de forma categórica", subrayó.

Khaw opinó, en todo caso, que la comercialización de órganos por motivos lucrativos siempre será "reprobable, legal y moralmente".

Sin embargo, el Colegio de Médicos se opone frontalmente a la legalización y su portavoz, Tan Sze Wee, afirmó que los que venden los órganos suelen ser casi siempre personas desesperadas que sufren abuso a causa de su pobreza.