Los tres macizos de los Picos de Europa y las cabeceras de los ríos Cares, Sella y Deva integran un territorio de 64.600 hectáreas, donde se asientan doce pueblos de León, seis de Asturias y dos de Cantabria, en un paisaje espectacular que hace 1200 años fue clave en la historia de España.

LA HISTORIA DEL PARQUE

El 22 de Julio de 1918 se declaró Parque Nacional de la Montaña de Covadonga a un paraje montañoso, dentro del cual quedaban incluidos los núcleos habitados de Covadonga (Asturias) y Caín (León), ámbitos de agreste belleza, relacionados con la propia historia de España, que entonces celebraba el 12 centenario de la batalla que inició la Reconquista.

En Covadonga estaba la cueva desde la que Pelayo derrotó a un destacamento musulmán y cerca de Caín la ermita de La Corona, donde Pelayo fue coronado rey.

El Parque pasó a denominarse de los Picos de Europa en 1995, cuando se amplió a los tres macizos de los Picos y las cabeceras de los ríos, englobando un riquísimo elenco de flora y fauna y 20 poblaciones, donde habitan 1264 habitantes, según datos del director del Parque, Rodrigo Suárez.

Según Suárez, la evolución de la población es descendente, pero más contenida que en el entorno, porque el propio Parque Nacional contribuye a darle atractivo turístico y promueve empleo con sus iniciativas de mantenimiento e información a los visitantes.

A este respecto, funcionan en la actualidad los centros de Tama (Cantabria) y Lagos (Asturias) y están en marcha dos más en León: "En Posada de Valdeón contamos ya con terrenos y se está redactando el proyecto, y en Oseja de Sajambre, tenemos ya el proyecto y se busca el emplazamiento para el centro de interpretación. Son obras que en tres años deberían estar en funcionamiento", dice el director del Parque Nacional.

"Tenemos en la actualidad -afirma Suárez- 1.790.000 visitantes año, según los últimos datos, de 2007, y la cifra puede crecer algo, pero de forma limitada. Hay que compaginar la explotación económica de los lugares con la calidad ambiental. De no ser así, nos cargaríamos el recurso"

LA RIQUEZA BIOLÓGICA

La ubicación geográfica, las diferencias de altitud -desde los 75 metros sobre el nivel del mar de Peñamellera Baja hasta 2.646 en Torrecerredo- y las peculiares formaciones geológicas hacen que en este espacio confluyan desde los ambientes alpino y subalpino al bosque atlántico y microclimas mediterráneos.

Entre la fauna, Suárez destaca el rebeco, el oso, el lobo, el urogallo, e incluso el quebrantahuesos, cada vez más asiduo en el parque, aunque no nidificante. "Hay censadas 212 especies de vertebrados. En general tenemos poblaciones en buen estado, si bien en el caso del urogallo, se registra aquí el acusado declive, común al resto de la región".

CRISIS DEL UROGALLO

"En la Cordillera había 582 machos de urogallo censados en 1982, y tal vez no queden en la actualidad 200. La situación es muy difícil e influyen distintos factores", argumenta Suárez.

"Están bajando sus recursos tróficos porque los bosques se van cerrando, desaparecen los claros, donde abundaban los arándanos, aumenta el venado que compite por las arandaneras y el jabalí, que depreda las puestas, que están al nivel del suelo..."

"De momento hemos empezado a hacer desbroces, para fomentar las arandaneras; poniendo vallados señalizados, para que no se dañe en los días de niebla, porque vuela muy bajo. Está en vigor un plan nacional de cría, con objeto de poner en marcha una población reproductora, con centros en Ladines (Asturias) y Valsemana (León), anuncia Suárez.

OTRAS ESPECIES

El quebrantahuesos -explica el director del parque- crió hasta los años 60 y desapareció por la abundancia de venenos y de los disparos. Afortunadamente ha crecido mucho la responsabilidad de la gente. "Ahora hay presencia habitual de ejemplares que vienen desde Pirineos. Cada vez aparecen más adultos y subadultos".

"Hay estudios que anuncian expectativas fundadas de que se reimplantará de nuevo de forma espontánea, pero la Fundación Quebrantahuesos está con un plan de reintroducción de la especie y ya tiene acordado un protocolo en el que se implican las tres comunidades autónomas del parque más la de Aragón, en calidad de donante"

La presencia del oso es creciente; también ha reocupado espacios el lobo, y se pretende hacer compatible su vida con las explotaciones ganaderas, básicas para mantener el uso tradicional del territorio.

El director del parque se muestra orgulloso de los ganaderos y sus producciones queseras, de las que cita los Cabrales, Valdeón y el escaso Gamonedo.

El lobo es una especie complicada. Reapareció cuando habían cambiado las costumbres ganaderas.. y hay que hacer compatible la ganadería extensiva con la presencia del animal, consiguiendo sistemas para disminuir su presión, mediante cercados eléctricos y otras iniciativas.

"Hay -dice Suárez- un proyecto que desarrollamos con la Politécnica de Madrid, el proyecto Pastor, que consiste en dotar a las reses de un dispositivo de ultrasonidos, que debe operar en una frecuencia que sólo moleste a los lobos y no al ganado".

Del rebeco hay una población elevada, unos 5.000 ejemplares, pero la epidemia de sarna afecta ya al 60 por ciento del parque y está disminuyendo los efectivos.

"Nosotros hemos mantenido la filosofía de no intervenir, porque con la intervención dura (eliminación) no se controla la epizootia.

Para curar un animal necesitaríamos tenerlo encerrado al menos 15 días y eso es imposible. Cuando llega la sarna, primero se registra una bajada de ejemplares y luego una recuperación, pronto aparecen ejemplares que resisten al ataque..."

Respecto al oso, el parque está en la zona oriental, la de menos población; pero es habitual su presencia, El director señala que hace días se vio una osa con sus crías, y algún campesino confirma a EFE la presencia osera en estos días. "cada vez hay más indicios, sobre todo por huellas y "rascadas", dice Suárez.

EL FUTURO

El parque sigue en proceso de crecimiento. En Peñamellera Baja, va a incluirse el río San Estaban, que aporta un espacio de salmón y variedades interesantes de helechos; De Peñarubia (Cantabria) se incluirá el desfiladero de La Hermida, con flora típica de los cañones y un alcornocal.

Por ultimo, Peñamellera Alta, que en su día renunció a entrar en el parque, que en febrero de 2008 ofreció, por acuerdo unánime, una importante superficie boscosa para ser añadida al territorio protegido.

El futuro del parque implica la desaparición total de la caza, aún legal en parte que territorio. "Debemos negociar con quienes tienen derechos cinegéticos: hay que buscar alternativas, pero la caza debe quedar prohibida en el Parque. Así lo exige también la homologación internacional".

Para el director, el nivel de furtivismo ha ido decreciendo, a medida en que florece entre la gente el respeto a la naturaleza. "La guardería del Parque está pendiente, pero también hay que destacar el papel del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil)"

Suárez destaca que hay que compatibilizar esta riqueza natural y su explotación por el hombre, manteniendo las señas de identidad. A este respecto pide también protección para los hórreos que -privados de su utilidad tradicional- siguen formando parte del paisaje, aunque cada vez más abandonados.