Con él coinciden el director alicantino David Valero y el productor Miguel Molina (Jaibo Films), quienes desde el pasado 14 de julio comparten, día y noche, con este guionista gallego la actividad frenética del rodaje de esta película en los estudios cinematográficos de Ciudad de la Luz en Alicante.

"No queríamos hacer un videojuego. La técnica tridimensional no la utilizamos como recurso artístico, sino que se trata de una forma de hacer una película de cine independiente de bajo presupuesto en el escenario que queremos", ha explicado Molina, en una entrevista concedida a EFE.

Calvo también ve esta innovadora tecnología, conocida popularmente como 3-D, como una "oportunidad" para el cine de autor.

"Linko puede abrir los ojos al cine español, que verá que ésta no es una película de locos. Cuando se sepa cómo lo hemos hecho y con qué medios, el resultado mostrará que este formato puede abrir puertas a gente que no tiene dinero para escenografías complejas y caras", ha argumentado.

En el caso de "Linko", que se rodará en Ciudad de la Luz hasta el próximo 8 de agosto, esa escenografía -generada por el trabajo de postproducción de cinco diseñadores gráficos- es un cementerio de aviones, en el que un padre y un hijo sobreviven aislados del mundo e intentan mantener el concepto de civilización en un entorno futurista y violento donde la ley del más fuerte se impone.

"Vamos a engañar al público porque la apariencia de esta película es la de una superproducción de Hollywood, pero sólo cuenta con un presupuesto de 1,5 millones de euros", ha destacado el director, David Valero, galardonado el pasado mes de junio con el premio a mejor director en el Festival de Cine de Alicante por el cortometraje "Los niños que nunca existieron".

En opinión de Calvo, hasta el momento el género de animación en España se ha centrado en la parte gráfica, sin atender al contenido.

"Los que hacen películas de falsa animación -con actores reales- o animación piensan que el fin de la película es la animación, en sí misma, pero nosotros hemos apostado por el contenido y por una historia compleja con personajes desarrollados y con muchos matices", ha explicado el gallego.

Entre pantallas de "chroma verde", los actores protagonistas, Críspulo Cabezas (Barrio), Daniel Carrillo y Manuel Barceló, actúan e imaginan un decorado que un equipo de post-producción generará con tecnología avanzada 3-D, antes de tratar gráficamente su propia imagen.

"El único secreto es integrar bien la imagen real con la virtual", ha señalado el productor.

Valero, a la dirección del que será su primer largometraje, combate los contratiempos de la tecnología tridimensional y afirma que la "mayor barrera está en los actores que tienen que imaginar los decorados y sentirse cómodos en torno a este decorado verde", ha señalado.

Sin embargo, el guionista cree que estos intérpretes "traen la capacidad del actor de teatro, como el que interpreta al Julio César de Shakespeare en un circo romano. Aquí parece que están viendo aviones despegar, incluso el niño (Daniel Carrillo)".

A pesar de las dificultades, el director alicantino considera esta película como "una gran oportunidad para aprender con la tecnología más innovadora y un guión de autor genial", ha afirmado.