Los vecinos de Oleiros pasean a sus hijos por el parque José Martí, pagan sus impuestos junto a la plaza Rigoberta Menchú, conducen por la avenida Salvador Allende y llegan a las playas del municipio por la avenida Ernesto Che Guevara. Este pueblo costero y limítrofe con la ciudad de A Coruña ha cumplido la ley de la Memoria Histórica con décadas de antelación, aunque muchos de sus habitantes creen que su alcalde se ha pasado por la izquierda.

El regidor, Ángel García Seoane, es un personaje tan controvertido como su último gran proyecto: invertir 180.000 euros de las arcas municipales en erigir un busto de Ernesto Che Guevara de casi diez metros de alto y setenta toneladas de peso en medio de una rotonda por la que transitan a diario no sólo buena parte de sus paisanos, sino la mayoría de los turistas que cada verano triplican el censo del municipio, de cerca de 32.000 habitantes.

La efigie fue instalada hace casi un mes y se ha convertido en el símbolo de la discordia del municipio. Diez días después de su inauguración amaneció con manchas de pintura roja y amarilla que el Gobierno local se encargó de limpiar en tiempo récord, gracias al tratamiento antipintadas con el que cuenta la estatua. El ataque fue perpetrado de madrugada y pese a que desde el mismo día en que se colocó, el conjunto escultórico está custodiado por una cámara de videovigilancia instalada sin permiso de la Delegación del Gobierno que hace unos días amaneció discretamente desconectada.

La escultura del guerrillero argentino que se unió a Fidel Castro en la década de los cincuenta para instaurar la revolución cubana se ve hasta desde los aviones que aterrizan y despegan en el aeropuerto coruñés. Sus dimensiones, presupuesto y el oscurantismo con el que se gestó el proyecto han generado un movimiento ciudadano contra los excesos del alcalde, el independiente fundador de un partido, Alternativa dos Veciños, nacido de las asociaciones vecinales del pueblo que la oposición le acusa de haber convertido en un instrumento de control social y político aprendido de la Cuba de Castro. Ángel García Seoane no oculta su admiración por Fidel ni sus intereses en la isla, a la que viaja al menos una vez al año.

Guerrillero Heroico, el nombre con el que el Ayuntamiento de Oleiros bautizó su plan de erigir la estatua más grande del mundo dedicada a Ernesto Che Guevara, es un proyecto 100% cubano. Los autores del diseño son dos artistas plásticos de la isla -uno de los cuales es además vocalista del dúo musical de ´reggaeton contestatario´ Hoyo Colorao- que asistieron a la inauguración de la efigie, el pasado 28 de junio, junto con el hijo del Che, Camilo Guevara, y sendas delegaciones diplomáticas del gobierno revolucionario de La Habana y de la República Bolivariana de Venezuela, a quienes el alcalde dedicó las primeras palabras de su discurso: "Bienvenidos al territorio libre de Oleiros".

El acto evidenció sin embargo las distintas sensibilidades presentes en el municipio y las fuerzas de seguridad tuvieron que emplearse a fondo para que defensores y detractores del alcalde no llegasen a las manos. Y es que Oleiros es un pueblo de contrastes. El partido del alcalde, Alternativa dos Veciños, ha ganado todas las elecciones municipales desde 1979, aunque desde los comicios del año pasado gobierna en minoría con sólo un millar de votos más que el PP. Los ´populares´ son los más duros en sus críticas a la estatua, por su presupuesto y por estar dedicado a un personaje tan ajeno a la realidad gallega y oleirense.