Fuentes de Molines Patrimoni, la empresa responsable del desarrollo y gestión del suelo en la zona de La Margineda, han confirmado que la decisión del Gobierno andorrano implicará cambios sobre el plan parcial inicial.

En el expediente de tramitación para la declaración del yacimiento de La Margineda como BIC, publicado el pasado miércoles en el Boletín Oficial de Andorra (BOAP), se han establecido hasta tres entornos de protección que obligan a adaptar la ficha urbanística sobre la que se estaba trabajando hasta ahora.

Además, en el expediente también se han establecido los criterios arquitectónicos y urbanísticos que deberán regir las intervenciones que tengan lugar tanto en el yacimiento como en la zona que lo rodea y que, por lo tanto, también afectará al diseño del plan.

Sin embargo, según fuentes de Molines Patrimoni, el plan parcial, que deberá aprobar el Común de Andorra la Vella, donde está ubicado el yacimiento, podría presentarse durante el próximo mes de septiembre.

El plan prevé una actuación sobre una superficie de 145.000 metros cuadrados de terreno aproximadamente, y actualmente se trabaja en su diseño y los diferentes tipos de construcciones que albergará.

La empresa gestora ha explicado que el proyecto cumplirá con los criterios de "sostenibilidad ambiental, social, económica e histórica".

En concreto, el proyecto sobre el que trabaja Norman Foster sentará las bases para el desarrollo de la zona, que será un espacio arquitectónico "único", que conjugará "trabajo, ocio, movilidad, naturaleza y familia".

El yacimiento arqueológico de La Margineda alberga los restos de una fortaleza que fue construida entre los siglos XI y XII en la confluencia de los valles de Endar y la Central por donde transcurre el río Gran Valira.

Comprende una superficie de 1.200 metros cuadrados y es uno de los yacimientos más grandes de Andorra junto a los restos del "Roc d'Enclar".

El valor histórico del yacimiento es, según establece el edicto para iniciar su declaración como BIC, "incuestionable".

La decisión del Gobierno andorrano de declarar BIC el yacimiento responde a dos objetivos: velar por su conservación tanto cultural como natural y fomentar una calidad urbanística que no perturbe el entorno en el que está ubicado.