Los padres que quieran acompañar a sus hijos y a otros niños a los servicios navideños y otras actividades escolares serán controlados para determinar si tienen antecedentes de pedofilia. Así lo informa el dominical ´Sunday Times´, según el cual se buscarán sus nombres en un banco de datos de la policía que incluye a las personas a las que se prohíbe trabajar con niños por delitos sexuales o de otro tipo.

Entre los padres afectados, dice el periódico, están los de una escuela elemental a quienes se ha informado de que deben aceptar ese tipo de control antes de que les permitan acompañar a sus propios hijos y a otros pequeños a la iglesia local para un concierto de villancicos.

Otras escuelas de primera enseñanza han establecido también ese tipo de controles para los padres que acompañan a sus hijos a otras actividades relacionadas con las fiestas navideñas. Los padres tendrán que identificarse ante las autoridades del centro para que ésas puedan comprobar que no tienen ningún antecedente de ese tipo.

Villancicos. Graham McArthur, director de la escuela de primera enseñanza de Somersham, en el condado de Cambridgeshire, declaró al rotativo que los padres que acompañen el próximo 17 de diciembre a los 330 alumnos a un servicio con villancicos, en la vecina iglesia de San Juan, tendrán que someterse a esos controles aunque los menores irán también escoltados por sus maestros e incluso un policía.

El Gobierno exigirá a partir del próximo año que todas las personas que trabajan habitualmente con niños se registren en un banco de datos, pero hasta que el nuevo sistema entre en vigor se ha recomendado a las escuelas controlar a los padres cuyas actividades voluntarias impliquen entrar en contacto con menores al menos tres veces al mes.

Algunos centros, sin embargo, prefieren pecar por exceso que por defecto y han decidido filtrar también a los padres aunque vayan a acompañar sólo una vez a los pequeños. Según Frank Furedi, profesor de Sociología de la Universidad de Kent y autor de un informe sobre la paranoia que rodea a la protección infantil, "una vez que se institucionaliza la desconfianza, se incita a la gente a llevar las cosas cada vez más lejos". Una portavoz del Ministerio para los Niños, las Escuelas y las Familias, reconoció que algunas escuelas exageran: "Queremos que los directores de centros apliquen siempre el sentido común".