La música de Rodrigo Leão, Mastretta o Robert Fripp, el cabaret de The Tiger Lillies, la danza de Marta Carrasco, Jesús Pastor o María Rovira y las actuaciones de Vicky Peña y Kiti Mánver son algunas de las propuestas de la densa y selecta programación del Teatro Echegaray de Málaga durante el primer semestre de 2010. El delegado de Cultura del Ayuntamiento, Miguel Briones; la directora-gerente del Cervantes, Charo Ema, y el director de Producción del teatro municipal, Miguel Gallego, presentaron esta mañana ante los medios la programación de un periodo en el que también tiene cabida el ciclo de Teatro Infantil (ya anunciado) y en el que la presencia malagueña sigue siendo noticia con el Joven Ballet de Málaga y la compañía teatral Caramala. Las entradas para los espectáculos del semestre salen a la venta esta misma tarde en los puntos habituales del Teatro Cervantes.

Tras la apretada y selecta programación del Festival de Teatro de Málaga, el Echegaray regresa a su actividad de temporada con dos conciertos muy diferentes pero de dos músicos esenciales de la Península Ibérica. El portugués Rodrigo Leão y su Cinema Ensemble reproducirán en escena el 19 de febrero los temas de A mãe (La madre), álbum con el que el ex Madredeus prosigue su recorrido por paisajes de pop onírico, viajero y plácido. Al luso le releva al día siguiente (20 de febrero) Mastretta, un cántabro que hace música de juguete, que tiene querencia por los instrumentos de viento y que en ¡Vivan los músicos! se hace acompañar de una ´troupe´ en la que destacan varios de sus habituales, como Miguel Malla, Ricardo Moreno o Pablo Novoa.

En marzo (5 y 6), los londinenses The Tiger Lillies, calificados por la prensa británica como "los padrinos del cabaret alternativo", celebrarán su vigésimo cumpleaños con sus espasmos de music hall de raíces gitanas en unas actuaciones que prometen teatro oscuro y canciones inspiradas en el Berlín de entreguerras y en el punk más salvaje. La primera estación propiamente teatral nos brinda el placer de volver a ver a Vicky Peña. La flamante Premio Nacional de Teatro 2009 y Jordi Dauder ponen en escena (12 y 13 de marzo) Después de mí, el diluvio, texto de Lluïsa Cunillé que aborda la cruda e injusta realidad de África a través de los ojos de una traductora europea.

Trànsit Dansa, compañía de María Rovira, homenajea en El salto de Nijinsky al bailarín ruso (19 de marzo) partiendo de una instantánea captada por un fotógrafo. Desde esa imagen, Rovira explora los significados y misterios del salto, que puede ser juego, ritual, danza, competición atlética o simple impulso que nos lleva a elevarnos del suelo. La danza prosigue el 20 de marzo con The seasons of the human being, coreografía de Jesús Pastor, quien al frente de su Human Dance Proyect investiga en el interior del ser humano recorriendo las cuatro estaciones o ciclos de su vida. Marzo también recibe (26 y 27) a la malagueña Fiorella Faltoyano y a Cristina Higueras, que ponen en escena Galdosianas, divulgativo montaje de Fernando Méndez-Leite basado en distintos personajes femeninos del autor de los Episodios nacionales y que el también cineasta construye a través del humor y la sátira.

El 6 de abril, la mezzo Ana Häsler y el pianista Enrique Bernaldo de Quirós interpretan Canciones inéditas de Paul Bowles en un concierto que se inscribe en una ambiciosa iniciativa con la que el Instituto Municipal del Libro recuerda al matrimonio Bowles y a la que se ha sumado el Cervantes/Echegaray, y cuyas actividades se presentarán próximamente. Con el recital, que reúne las canciones españolas y francesas del escritor neoyorkino afincado en Tánger en un estreno internacional, como comentó Ema, prosigue una colaboración entre el IML y el Cervantes que se ha plasmado también en el ciclo Letras del Teatro y que continuará con Poesía del Rock.

Dies irae es la visión de la coreógrafa Marta Carrasco del Réquiem de Mozart, en una grotesca misa de difuntos en la que trece intérpretes desnudan la liturgia y muestran sin concesión la debilidad de la verdad. Podremos contemplar el arriesgado y profano montaje de la catalana los días 9 y 10 de abril, mes que cierra (29 y 30) el dúo entre Robert Fripp y Theo Travis. A partir de su álbum Thread, el líder de King Crimson y originalísimo explorador de los límites de la guitarra y el flautista de Gong se zambullirán en paisajes plácidos con la improvisación como premisa.

El Joven Ballet de Málaga regresa tras su actuación navideña en el Echegaray con el estreno de La bayadère y New York, New York (1 de mayo), dos coreografías de Julio Rivas Sánchez, uno de los impulsores junto a Alicia Cantos de este emergente y prometedor combo local. La presencia de artistas malagueños continúa con Caramala, trío formado por Carmen Baquero, Virginia Muñoz y Noemí Ruiz que ya estuvo en la inauguración del Echegaray y que el 7 y 8 de mayo pone en escena la comedia La hora feliz, con texto de un dramaturgo de la ciudad, Sergio Rubio.

La música regresa (14 y 15 de mayo, respectivamente) con Vilma y los Señores y Javier Colis y las Malas Lenguas. Los primeros están encabezados por una ex profesora de yoga (Vilma) que junto al ex batería de los Ronaldos (Ricardo Moreno) y a un bluesman (David Gwynn, guitarrista de Christina Rosenvinge y muchos más) factura canciones elegantes y de aires fronterizos. Colis, excepcional guitarrista, vocalista singular y una eminencia en el rock afilado y experimental de nuestro país, nos enseñará junto a su banda los temas de Otra nube, donde se funden su lado ruidista y su faz de crooner extraño.

Los días 21 y 22 de mayo acude al Echegaray Ron Lalá, compañía que combina música y textos originales con un lenguaje escénico puesto al servicio del humor crítico y ´cítrico´. Sus cinco actores-músicos nos presentarán Mundo y final, un espectáculo en el que se ríe de un inminente cataclismo global. A continuación (25 y 26), el nuevo espacio escénico se interna en la faceta musical de Leonardo da Vinci a través de una exposición de instrumentos del luthier Joaquín Saura y un concierto del Quarteto de Urueña con la colaboración especial del maestro Antonio Baciero, tañedor de órganos y descubridor de Antonio de Cabezón. Mayo acaba (28 y 29) con el regreso de Kiti Mánver, que junto a Nuria González, Aurora Sánchez y Octavi Pujades y dirigida por Juan Carlos Rubio pone en escena Tres, un juguete cómico, un disparate, una máquina de hacer reír que se desternilla con las aventuras de tres mujeres maduras más solas que la una.

Junio comienza (4) con el francés René Aubry, un respetado multiinstrumentista y compositor que mezcla con sabiduría sonidos orquestales con músicas tradicionales o étnicas y arreglos modernos, y que ha sido comparado por la crítica con el Yann Tiersen más asequible. A Aubry le seguirá (5 de junio) la inmersión en el cancionero de los cuatro de Liverpool de Deborah J. Carter, que en Daytripper. A Beatles tribute conduce a golpe de jazz tradicional unos temas que todos conocemos. Y la programación del semestre se cierra con un gran histrión, Leo Bassi (11 y 12 de junio). En Utopía, el bufón italiano desgrana con surrealismo su visión política del mundo contemporáneo, desde la Revolución Francesa hasta el triunfo de Obama.