Aunque su primer apellido suene un tanto lejano, Elisa Urrestarazu Capellán es una joven malagueña de 22 años que lleva casi toda la vida dedicada al estudio musical. Pese a su corta edad, su empeño y maestría con el saxofón le ha llevado a lograr el IV Premio Fundación Musical de Málaga al mejor expediente del Conservatorio Superior de Música 2010, galardón que recibirá mañana y cuya dotación, 30.000 euros para la realización de un curso de perfeccionamiento, es equiparable a la del Premio Nacional de Música.

"Me siento muy contenta por este premio. Es un reconocimiento al esfuerzo y me dará la oportunidad de ir a estudiar al extranjero", destaca Elisa, que durante dos años académicos realizará un curso de postgrado en Francia. "En principio quiero ir al Conservatorio de Burdeos, que tiene una importante proyección internacional, pero primero tengo que hacer las pruebas de acceso. Además, Francia está muy vinculada al saxofón", aclara.

A los 8 años, Elisa entró en el Conservatorio Elemental de Música Maestro Artola, y ya desde ese momento sabía que lo suyo era el saxofón. "Lo del saxofón me viene por mi hermano, que tocaba en la banda de la Esperanza. Yo también me animé y me apunté. Y allí estuve 10 años", apunta esta joven que actualmente cursa el máster de Profesor en ESO y Bachillerato porque la docencia es una de sus metas. "En el futuro me veo como profesora y actuando en alguna formación", dice.

Además de ser "un poco sacrificado", porque el aprendizaje de un instrumento hay que "compaginarlo con los estudios", Elisa Urrestarazu asegura que el saxofón no está presente en las composiciones de los autores clásicos, por lo que el repertorio que estudia es en su mayoría moderno.

"La enseñanza de jazz y clásico están separadas. En el conservatorio se estudia clásico, pero como el instrumento es tan moderno, sólo tocamos música contemporánea. En las partituras para orquestas hay algunas intervenciones de saxofón, pero son las menos, ya que el instrumento nació en 1840, aunque en realidad cobró importancia a partir de 1920", confiesa.

Entre los saxofonistas de referencias de esta joven promesa se encuentran Marie Bernadette Charrier, que le será la profesora que le dará clases en Burdeos, y Vincent David. Elisa, que actualmente imparte clases de saxofón en las escuelas de música de Nerja y Cártama, se sentiría muy orgullosa de poder ofrecer un recital para saxofón y orquesta en su ciudad natal: "Me encantaría tocar en el Teatro Cervantes o el futuro Auditorio. Sería lo máximo". No habrá que esperar mucho ver cómo Elisa logra estos objetivos.