Primero comenzó gritándole a su ´opá´ su intención de hacer un ´corrá´ para meter en él gallinas y cabrillos. Más tarde se puso a buscar como un loco el desaparecido carro de Manolo Escobar. Acto seguido, y palustre en mano, mezcló cemento y arena como todo buen ´arbañí´. El malagueño Manuel Jesús Rodríguez ´El Koala´ siempre ha mostrado un gran apego a la tierra en sus canciones, tanto que ahora se inspirado en las huertas de la Axarquía en su recién estrenado single, ´Hortelano´. El ex Ducati regresa a las emisoras de radio con un tema que adelanta su nuevo disco, que llevará por título ´El latido del campo´.

"Hemos estado grabando este álbum entre los meses de enero y marzo pasado. Son doce canciones en las que hay de todo: desde rock hasta ritmos latinos, rumbas y flamenquito. Es un disco muy variado. Vamos aprendiendo y haciendo cosas nuevas", declara El Koala.

Los campos de Almayate sirven de escenario natural en el nuevo videoclip que acompaña esta composición del creador del rock rústico de lomo ancho. "A partir de ahora, con el vídeo y el single, nos vamos moviendo, calentando motores y cerrando conciertos. El disco vendrá más tarde: no tenemos prisa en lanzarlo y seguramente lo sacaremos en septiembre. Además, la situación actual de ventas de discos no es la más propicia", destaca el malagueño, uno de los artistas que mejor sabe rentabilizar la difusión que brinda internet.

"Desde el comienzo, internet ha sido nuestro mayor canal de promoción y el más efectivo. Por eso no nos soluciona mucho sacar el disco de prisa y corriendo. Vivimos de los conciertos que vamos haciendo. La venta de discos, tal y como está la cosa, ha pasado a un segundo plano".

El Koala, que se define como un músico vocacional, lleva haciendo canciones desde que tenía 16 años –ya ha cumplido los 40– y asegura que nunca dejará la guitarra. Por ello se desmarca de los actuales problemas de la industria discográfica, que no van con su filosofía. "Si las multinacionales dicen que el cedé está tocado de muerte, pues me parece muy bien. Yo no tengo la solución: yo soy músico y no entiendo de eso. Ellos son los comerciantes, pero la música es otra cosa. Yo no compongo con una calculadora al lado. Hago música porque es mi forma de vida".

Para el autor de ´Opá, yo viacé un corrá´, tanto el campo como la música son mundos de sacrificios y de satisfacciones, en los que la entrega y el entusiasmo son elementos fundamentales. "No se cosecha ni compone pensando en los beneficios", asegura, a la vez que reconoce que en la industria del disco hay mucho producto prefabricado, una opción que nunca aceptaría. "Lo primero es ser feliz con lo que se hace: si un día viene una gran compañía y me dice que me tengo que poner chaqueta y cantarle al amor, lo rechazaría".