Ha pasado un año desde la muerte de Antonio Vega y durante este tiempo su figura no ha dejado de crecer, alimentada por homenajes, revisiones de su obra y biografías de su agridulce personalidad.

Diez mil personas y veinticinco artistas se reunieron el pasado 9 de abril en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid para defender la vigencia del legado de un músico imprescindible.

Fue el acto culminante de doce meses de recuerdo y homenaje transcurridos desde que la vida de Antonio Vega se extinguió a los 51 años el 12 de mayo de 2009 en un hospital a causa de una neumonía. Desde aquel día sus seguidores no le han abandonado.

Pasaron con él su última noche madrileña en el Palacio de Longoria, sede de la SGAE, donde personas de todas las edades abarrotaron la capilla ardiente del músico.

La vida de Antonio Vega fue un "caos con sentido" en el que, además de la música, resultaron determinantes la risa, el perfeccionismo y la pasión.

Este es el retrato que traza su amigo y escritor Juan Bosco Usía en "Antonio Vega. Mis cuatro estaciones", un libro que abría una ventana al mundo desconocido y repleto de palabras del cantante y guitarrista madrileño.

El libro resume cuatro años de conversaciones entre Antonio Vega y su biógrafo, acompañadas de fotos familiares y manuscritos de canciones.

El proyecto inicial era escribir una biografía a cuatro manos, pero la muerte del músico frustró el proyecto, que acabó convirtiéndose en un "retrato" del que, según Juan Bosco Usía, es "la figura más importante de la historia de la música española de los últimos sesenta años".

"Antonio Vega. Mis cuatro estaciones" (Lunwerg) fue presentado en diciembre pasado con un concierto en el que los músicos que solían acompañar en sus actuaciones al autor de "La chica de ayer" interpretaron varios de sus temas.

Los textos de las canciones de Antonio Vega cobraron una nueva dimensión en "¿Y si pongo una palabra?", un libro que terminó de imprimirse en los últimos días de vida del músico, cuyas las letras están "a la altura de los grandes poetas españoles de los últimos tiempos", según el editor de esta obra, David Villanueva.

"¿Y si pongo una palabra?" (Demipage) convirtió en caligramas algunas de las letras de Antonio Vega, ordenadas en el libro por orden cronológico, desde "El circo", procedente del primer álbum de Nacha Pop (1980), hasta "Pueblos blancos", de su último disco en solitario, "300 noches con Marga" (2005).

En las páginas del libro, el texto de "Antes de que salga el sol" adquirió forma de murciélago y las estrofas de "Luz de cruce" dibujaron los faros de un automóvil.

Ocho días antes de la muerte del músico, su editor le envío un correo electrónico: "Este libro es un homenaje a toda su obra. En él aparecen textos que rondan por las cabezas de muchos de tus seguidores", decía.

"Mientras vosotros estéis aquí, Antonio existirá", proclamó El Gran Wyoming al resumir el sentimiento de los seguidores del músico en el concierto de homenaje que le rindieron hace apenas un mes.

Aquella noche compartieron escenario sus camaradas de Nacha Pop, Miguel Ríos, Enrique Morente, Pau Donés, Germán Coppini, Ketama, Burning, Tam Tam Go\u00A1, Mamá, Quique González o Coque Malla. "Antonio, que lo sepas: tus compañeros somos tus primeros fans", aseguró Miguel Ríos.