Rescatar la memoria sonora de Málaga desde los años 60 hasta la actualidad, con atención especial a los grupos fundamentales de estos años, es el objetivo perseguido y alcanzado por Javier Ojeda en Una historia del pop malagueño (1960-2009), un volumen editado por el Área de Cultura del Ayuntamiento que el cantante presentó ayer en la Feria del Libro. Ojeda ha querido, sobre todo, «homenajear a los compañeros de gremio» de su tierra a través de un texto en el que hace referencia a cerca de 500 cantantes y grupos de este género, dando voz, a través de entrevistas, a los músicos protagonistas.

Su insaciable curiosidad por todo lo que representa la música en Málaga llevó a Javier Ojeda a descubrir formaciones locales que en los años sesenta «sonaban como los Beatles y los Kinks», como es el caso de Los Íberos. En esta misma década, el texto se detiene en Los Gritos y la Marisol más cercana a los sonidos pop. En los setenta, la empresa de dar con bandas de rock fue más compleja. «No había manera de grabar un disco siendo de Málaga en aquellos años», señala Ojeda, que en este capítulo, Tabletom, patrimonio y leyenda, llama la atención sobre la carrera del grupo encabezado por Rockberto. Málaga en Danza da título al apartado dedicado a los años ochenta, una década capitaneada sin duda por el éxito cosechado por Danza Invisible. El buen gusto y la honradez de Ojeda –hablar de uno mismo resulta presuntuoso y poco elegante– le llevó a ceder la redacción de este capítulo al periodista Manolo Bellido, quien aquí no solo resalta la meteórica carrera de la formación de El club del alcohol sino que también «repasa la llegada de la Transición a Málaga y todo lo que supuso la irrupción de la Nueva Ola en la escena local».

En los años noventa, el trabajo de Ojeda hace hincapié en el hip hop, «género en el que Málaga fue pionero» en muchos sentidos, y en La raíz femenina, apartado en el que da cuenta de las nuevas voces de la fusión, con La Mari de Chambao como principal protagonista y Anni B Sweet como el más reciente fenómeno musical.

«He tenido libertad total para escribir. Y he escrito el libro que quería y con los mejores medios. La verdad es que estoy flipando con la edición y tengo que felicitar al Área de Cultura por ello», destacó el cantante sobre un libro de gran formato ilustrado con un extenso repertorio de fotografías. Una historia del pop malagueño (1960-2009) resulta igualmente un minucioso ejercicio de recuperación de lo ha sido la producción discográfica en la provincia malagueña en estos años, ya que están reseñadas todas las formaciones que alguna vez han editado algún trabajo. «Muchas de estas tiradas de discos no superaban las 1.000 copias y ha sido muy complicado dar con ellas, como los discos del sello Cambayá, que han tenido muy poca difusión pero que fueron grabados con mucha ilusión», afirmó Ojeda, quien confiesa que seguro que «alguno se le habrá olvidado».

Sobre la situación de los músicos locales, el cantante de Danza Invisible apunta que, pese a que el talento siempre ha sido mucho, la «individualidad de los malagueños» y su «poca eficacia comercial» han provocado esa sensación de ruptura continua que siempre ha tenido el gremio. «Ahora parece que hay un nuevo movimiento de bandas locales», destaca. Pero eso requeriría analizarlo en otro libro. Quizá en el siguiente.