El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ultima los detalles para el lanzamiento de un ambicioso proyecto que pondrá en manos de niños de países en vías de desarrollo millones de ordenadores portátiles de cien dólares. Nicholas Negroponte, cofundador del Media Lab en el MIT y del grupo sin ánimo de lucro `Un portátil por niño´, detalló esta semana las especificaciones para los PC, que costarán cien dólares y, dijo, serán duraderos y flexibles.

Negroponte, quien lanzó la propuesta inicial de este ambicioso proyecto en el Foro Económico Mundial que se celebró en Davos (Suiza) el pasado enero, discute los pormenores de la iniciativa con cinco países: Brasil, China, Tailandia, Egipto y Sudáfrica, donde se distribuirán 15 millones de unidades. "Esto es lo más importante que he hecho en mi vida", afirmó este gurú de la tecnología. La idea es que el PC de bajo coste se extienda de forma masiva, tal y como ha sucedido con el sistema operativo de código abierto Linux o la enciclopedia Wikipedia.

Condiciones. Los ordenadores están diseñados para operar en condiciones mucho más rudimentarias a las de, por ejemplo, una oficina o un café; entre otras cosas, podrán funcionar enchufados a la corriente eléctrica, con baterías y también con una especie de manivela con la que se le dará cuerda, ya que no hay electricidad en muchas áreas remotas de esos países. Aunque no se espera un prototipo hasta noviembre, Negroponte avanzó más detalles sobre el producto: se trata de portátiles con procesadores a 500 Mhz, 1GB de memoria y una pantalla que puede utilizarse en color o blanco y negro, lo que lo convierte en un libro electrónico además de un portátil.

Además, el adaptador para la corriente eléctrica también servirá para llevarlo colgado. Capaz de conectarse a Internet inalámbrico o wi-fi, el portátil podrá doblarse de más maneras que los tradicionales y llevará una funda de goma que los hará "absolutamente indestructibles".

Para reducir los costes, el sistema operativo será Linux, en lugar de Windows, de Microsoft. "El software [Windows] ocupa demasiado y no es fiable, así que comenzamos con Linux", dijo Negroponte.

El plan inicial es que los respectivos gobiernos paguen unos 100 dólares por cada ordenador y los distribuyan gratuitamente entre los niños. Nicholas Negroponte espera que su organización fabrique entre cinco y quince millones de aparatos en el primer año.