El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Málaga tiene actualmente catalogados a 32 presos como personas en busca y captura. En su mayor parte son penados que al ver que se les revoca la libertad condicional de la que disfrutan no se presentan de nuevo en el centro penitenciario de Alhaurín de la Torre y, a partir de ese momento, se les tilda de fugados, según fuentes de la Fiscalía consultadas por este periódico.

"Actualmente hay 32 presos en esta situación. Se evaden cuando se revoca su libertad condicional y hay que buscarlos. Pero no hablamos aquí de fugas de película", apunta la Fiscalía de Vigilancia Penitenciaria, aunque sí que ha ocurrido alguna evasión puntual.

Este número de penados en busca y captura sólo se ha cuantificado en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, ya que cada uno de los 14 juzgados de Instrucción de la capital, los diez juzgados de lo Penal y el resto de órganos penales de la provincia también tienen su registro de personas en busca y captura, habitualmente imputados en algún procedimiento que han decidido sustraerse a la acción de la justicia. Casos célebres son los del ex edil andalucista Carlos Fernández, o José Manuel Llorca Rodríguez, imputados ambos en la operación ´Malaya´.

Sin embargo, este tipo de presos no reúne el perfil de estos ilustres fugados. "Suelen ser delincuentes que han hecho de esta actividad su profesión. Además, se les tiene muy controlados: se conoce dónde viven o en qué lugar se suelen esconder. Se manejan hasta sus alias habituales y, como norma, se les coge rápido", aseguran las fuentes fiscales consultadas.

En otras palabras, cometen fallos que los llevan de nuevo al presidio. Sólo con pagar un café o cualquier compra con una tarjeta de crédito la Policía Nacional o la Guardia Civil comienzan a seguir sus pasos. O, por otro lado, su comunicación con familiares lleva muchas veces a los agentes hasta su escondite.

Además, como indican las fuentes, cuando se les revoca la libertad condicional es porque han cometido otro delito, "al ser delincuentes habituales".

Su horizonte penitenciario, una vez fugados de la cárcel, es aún más negro, ya que inmediatamente se les imputa, además del delito por el que se ha diluido su libertad provisional, un ilícito de quebrantamiento de condena y son enviados a la prisión por los jueces ´ipso facto´.

"Según el artículo 500 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim) estos presos deben volver al centro penitenciario en el que estaban cumpliendo condena cuando se fugaron", señalan las fuentes de la Fiscalía.

Y, fuera de la cárcel, su capacidad de maniobra es mínima. Esta reflexión de un conocido acusador público se apoya en datos: hace escasamente una semana, eran 40 los presos buscados en Málaga por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Es decir, en poco más de siete días han sido capturadas ocho personas por los investigadores.