"Se han pasado mil pueblos. Aún me cuesta creerlo. ¿Por qué a mí? Deben pagar todo el sufrimiento que estoy pasando". A Juan Carlos Páez todavía se le hace un nudo en la garganta cuando habla de lo sucedido el pasado 11 de junio, cuando en un polígono de Alicante incendiaron el camión donde dormía. Era la tercera jornada de huelga de los transportistas, y él era un trabajador más. Tras casi tres semanas ingresado en el Hospital Carlos Haya, ayer recibió el alta médica y pudo regresar a su domicilio, ubicado en Mollina, acompañado de su mujer.

A la salida del centro hospitalario, aseguró a los periodistas que quienes le quemaron lo hicieron "para nada, porque la cosa sigue igual". "Yo era un camionero más, estaba parado, pendiente de los piquetes. Sabían que siempre dormía en mi camión. Además, las cortinas estaban echadas y se veía la luz del televisor encendida", explica a este periódico.

Juan Carlos ya ha prestado declaración ante la Guardia Civil sobre los hechos y espera que cuanto antes se identifiquen a los responsables se haga justicia. "Han querido matarme de la peor forma y tienen que pagarlo", asegura.

El transportista se encuentra "bastante mejor" de salud, aunque "regular" anímicamente porque le resulta muy complicado asimilar estos hechos y, sobre todo, olvidarlos. "Gracias a Dios la rueda estalló y me di cuenta de lo que pasaba. Pero el fuego entraba y vi que la única salida era saltar. Me rompí el tobillo por la caída, pero me atendieron muy pronto y salvé la vida", relata Juan Carlos.

"Me han quemado a mí y también a un montón de camiones y al final para nada, porque la cosa sigue igual, y las tarifas como estaban", señala cuando es preguntado por la huelga. Así, dice que "escapó de la muerte", pero está dispuesto a volver cuanto antes a la carretera, aunque le va a "costar mucho". Además, advierte de que volverá a dormir en el camión solo.

Juan Carlos agradece el apoyo de la sociedad y la prensa en estos "duros momentos", y resalta sobre todo "la valentía" de su mujer, Petri. "Gracias a ella he salido para adelante, ha estado conmigo todo el tiempo y me ha devuelto la ilusión", insiste emocionado. También lamenta el daño ocasionado particularmente a su hija, y a toda su familia.

El transportista resultó gravemente herido después de que en la madrugada del 11 de junio el fuego le sorprendiera mientras dormía en su camión. Otros tres vehículos ardieron en el polígono La Granadina, centro de distribución de alimentos de Alicante que alberga almacenes de Mercadona y Aldi. Sufrió quemaduras en el 25 por ciento de su cuerpo y fue trasladado al día siguiente desde el aeropuerto de El Altet en un avión medicalizado hasta Málaga.