En una zona en la que la sequía es una amenaza constante y que además dobla su población en las fechas veraniegas, el agua se convierte en un bien casi de lujo. Pero no es posible renunciar a él, y por eso hay que buscar alternativas a los embalses y los acuíferos. El mar es una fuente inagotable pero cuesta mucho dotar al líquido salino de las características necesarias para el consumo humano. Tanto como 71 millones de euros y casi dos años de obras, que es lo que hay que invertir en la construcción de la que será segunda desaladora de la Costa del Sol, tras la de Marbella. Se ubicará entre los términos municipales de Mijas y Fuengirola y estará preparada para abastecer a más de 500.000 personas de hasta once municipios de la zona occidental.

Esta infraestructura llega con retraso, pero la Junta de Andalucía, el Gobierno central y la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol firmaron ayer, por fin, el convenio para su construcción y explotación. De los 71 millones de euros que costará, la Unión Europea aportará la mitad. El resto lo cofinanciarán la Junta y el Gobierno a través de sus respectivas empresas públicas de gestión hídrica. La estatal, Acuamed, ya sacó a concurso las obras en marzo; la adjudicación está próxima para que los trabajos empiecen antes de que acabe el año. Funcionará en 2010, según informó la consejera de Medio Ambiente de la Junta, Cinta Castillo. Pero llegará con dos años de retraso.

Castillo añadió que el agua resultante de los procesos de potabilización se incorporará a la red general de la Mancomunidad para su distribución a la población. En principio, la desaladora dará servicio a once municipios de la costa occidental -el frente litoral entre Torremolinos y Manilva más la primera línea de localidades no costeras, como Benahavís, Casares u Ojén, entre otras-. Sin embargo, existe la posibilidad, según la consejera, de incrementar la producción en ciclos extremadamente secos para abastecer también a Málaga capital y Rincón de la Victoria, por un lado, y el Campo de Gibraltar, por el otro.

20 hectómetros cúbicos. En principio, la capacidad de potabilización de la desaladora de Mijas-Fuengirola será de 20 hectómetros cúbicos al año, que es aproximadamente un tercio de los que consume Málaga capital en el mismo periodo. El proyecto contempla una segunda fase en la que se podría duplicar la producción, es decir, se podrían generar 40 hectómetros cúbicos. La desaladora de Marbella, que funciona desde 2005, genera 20 hectómetros, mientras que la otra, la de El Atabal -que no trata agua del mar, sino de los embalses del Guadalhorce-, produce sesenta hectómetros al año para la capital.

Castillo aseguró que con la nueva planta de Mijas-Fuengirola se incrementará "de modo significativo" la garantía de abastecimiento de la población "incluso en casos de sequías de larga duración". La consejera estuvo acompañada en la firma del convenio por el director de la Agencia Andaluza del Agua, Jaime Palop; el de Acuamed, Adrián Baltanás, y el presidente de la Mancomunidad, Juan Sánchez.

Desde el punto de vista técnico, la desaladora trabajará con el método de ósmosis inversa y tendrá seis líneas de producción para alcanzar los 20 hectómetros cúbicos al año, aunque en la segunda fase podrá duplicar esta cantidad. La planta se ubicará en Mijas, en una parcela de cultivos herbáceos a 50 metros del río Fuengirola, y su línea de tratamiento constará de la captación mediante toma directa, el bombeo del agua de mar a la planta, el pretratamiento físico-químico, la ósmosis inversa, el postratamiento, el bombeo a la conducción principal de la Costa del Sol y la evacuación de la salmuera.