Los menores delincuentes condenados por los jueces al cumplimiento de medidas de internamiento -las que llevan aparejadas los delitos más graves- tienen que aguardar una lista de espera para poder ingresar en los distintos centros andaluces. Málaga sólo dispone de plazas para la mitad de los jóvenes con condenas privativas de libertad, por lo que el resto debe ingresar en centros andaluces. El problema es que estas instalaciones son insuficientes y no pueden absorber a todos los chicos con órdenes de internamiento.

Según recoge la Fiscalía de Menores en su memoria de 2007, existen en la comunidad autonómica pocos centros de reforma y esta situación se produce desde 2006. Hay déficit de plazas para internamiento, a pesar de que los jóvenes con medidas de reclusión sólo representan el siete por ciento de los menores delincuentes.

Delincuencia juvenil. La delincuencia juvenil se ha reducido en el último año. El Ministerio Público tramitó 4.665 diligencias en 2007, lo que supone 788 menos que en el ejercicio anterior. En total se celebraron 1.063 audiencias, y se abrieron 659 expedientes para ejecutar medidas. Los trabajos comunitarios y los medidas de libertad vigilada son las más frecuentes, ya que garantizan la reinserción social del menor.

Los delitos más habituales son los hurtos, robos con fuerza o violencia y las agresiones sexuales. Pero los casos de violencia doméstica son los que más crecen. Según datos de la Asociación Alternativa al Menor (ALME), es el segundo hecho delictivo entre los jóvenes.

El Ministerio Público llama la atención sobre "el alarmante incremento" de la agresiones de menores hacia otros miembros más débiles del domicilio familiar: madre y hermanos más pequeños. Esta conducta tiene una salvedad: el respeto que aún se tiene a las figuras de los abuelos.

Estos chicos suelen ser "intolerantes a la menor frustración, hijos educados de manera permisiva a quienes sus padres dan todo lo que ellos no tuvieron. Esto da lugar a un fuerte egoísmo que no admite negativas, prohibiciones, sacrificios o exigencias", expone la Fiscalía en su memoria.

Las franja de edad más conflictiva es la de aquellos que tienen entre 16 y 17 años, y los problemas surgen cuando los progenitores intentan reprimir estas conductas agresivas.

Denuncias por maltrato. "Son las madres las que denuncian, en muchas ocasiones con la urgencia de que ese mismo día se les solucione el problema. Piden incluso una orden de alejamiento", indica el Ministerio Público.

El problema es que la mitad de las madres que denuncian estos hechos se acoge luego a su derecho a no declarar contra su hijo, por lo que quedan absueltos.

El 80 por ciento de los jóvenes que delinquen son varones, pero en el maltrato familiar se equiparan los dos sexos.

En cuanto al perfil del menor, las instancias judiciales advierten de que ha cambiado el perfil y aparece más casos de familias estructuradas y acomodadas.

También se ha incrementado la violencia escolar, aunque esta progresión no es alarmante, ya que los hechos denunciados son cada vez más leves. En muchos casos, son los propios agresores quienes se cambian de centro. El acoso a través de medios tecnológicos progresa, pero "de forma poco preocupante por ahora".

En 2007 sólo fue erradicada una banda latina ubicada en Mijas, pero el problema acabó tras la expulsión de sus cabecillas.